Los bancos uruguayos, con la excepción de tres instituciones suspendidas, reabrieron ayer sus puertas sin sobresaltos después de casi una semana con las persianas bajas, aunque se espera para hoy un día más movido, cuando se concrete una huelga convocada por la central sindical del vecino país y por la llegada del secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Paul O'Neill.
La reapertura se produjo luego de que EE.UU. entregara al país una ayuda de 1.500 millones de dólares para evitar el colapso de su sistema financiero, que afronta serios problemas por arrastre de la crisis argentina, y tras la definición de una ley que congela los depósitos en la banca estatal.
Analistas financieros estimaron que la actitud de los Estados Unidos de socorrer al país oriental está basada en el temor a un mayor contagio de la crisis financiera en Latinoamérica.
Aunque en la mayoría de las entidades bancarias uruguayas ayer reinó la calma, los ahorristas se dirigieron en forma masiva a los bancos con el objetivo de retirar los fondos en cuenta corriente, que no quedaron atrapados por el congelamiento parcial dispuesto por el gobierno nacional en los bancos públicos.
Enormes filas se armaron en la mayoría de las entidades financieras del vecino país, aunque las más concurridas fueron las puertas de las principales sucursales del Banco República, el mayor del país con 112 sucursales. También se repitieron las colas en los cajeros automáticos que desde la semana pasada, cuando estalló la crisis, no otorgan dólares.
En los gestos de muchos uruguayos era visible la angustia por el congelamiento parcial de los depósitos a plazo fijo en dólares en la banca estatal, una medida dispuesta por el gobierno en un intento por estabilizar el sistema. "El 90% de esta crisis es culpa de la televisión argentina", dijo enojado un hombre que permanecía en la fila de un banco desde primeras horas de la mañana.
La mayoría de los bancos abrió a las 10 en punto de la mañana (tres horas antes de lo previsto) y casi todas las instituciones publicaron ayer avisos en los diarios comunicando horarios de atención.
El mercado de cambios reaccionó favorablemente, al cerrar ayer el dólar dos pesos menos que el viernes, a 26 pesos uruguayos por unidad. Con esos valores, la depreciación de la moneda uruguaya en relación al dólar se ubicó en 32% desde que rige la libre flotación del tipo de cambio, el 20 de junio, y el 42% en lo que va del año. El riesgo país bajó hasta los 2.478 puntos.
El presidente del Banco Central del Uruguay, Julio de Brun, dijo que la entidad, que en el imaginario de los uruguayos representó siempre la seguridad del Estado, perdió en la jornada entre 60 y 70 millones de dólares, una cifra menor a la esperada antes de la reapertura. La institución concentra cerca de 35 por ciento de los depósitos del sistema bancario.
El feriado, que se decretó desde el 30 de julio y hasta ayer, tuvo su origen en la constante sangría de depósitos bancarios que se profundizó a lo largo del mes de julio y que logró que el Banco Central perdiera el 78% de sus reservas.
Por otra parte, el Banco Central intentó dar señales de transparencia al suspender por 90 días a la Cooperativa de Ahorro y Crédito y reemplazar a sus autoridades. La entidad se sumó a las ya suspendidas de Crédito, Comercial y Montevideo-Caja Obrera.
"Vine para llevarme una cuenta corriente que tengo y voy a hacer lo que todo el mundo: meterla abajo del colchón, porque ya no se puede tener confianza", dijo una anciana que aguardaba pacientemente en una fila de al menos 200 personas en una de las principales sucursales del banco.
Algunos acudían a exigir información sobre sus plazos fijos en dólares, luego de que el Congreso aprobara una ley que difiere hasta en tres años la devolución de estos depósitos por parte de los estatales Banco República y Banco Hipotecario.
Ese congelamiento era una condición de los organismos internacionales de crédito para avalar la ayuda que Washington anunció el domingo.
El auxilio de Estados Unidos es un adelanto de los fondos que el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entregarían al país, parte de los cuales ya estaban aprobados.
El Ministerio del Interior dijo que había reforzado la vigilancia policial, principalmente en las calles de la llamada Ciudad Vieja, el distrito financiero de Montevideo, debido a la cantidad de efectivo que mucha gente sacaría de los bancos.
Ayer fue una jornada tranquila, aunque los dirigentes de la central sindical única PIT-CNT anunciaron que propondrán a sus agremiados una huelga general de 12 horas para hoy en rechazo al plan, que consideran una imposición del FMI.
Capitalización de privados
En tanto, operadores de bancos privados admitieron que habían recibido nuevos depositantes, supuestamente provenientes de la banca pública y centenares de consultas telefónicas en el mismo sentido.
Además del congelamiento de los depósitos a plazo fijo en dólares en los bancos estatales -medida que el impopular presidente Jorge Batlle había asegurado que no iba a tomar- el gobierno suspendió las actividades de tres importantes bancos privados en los que el Estado ya tenía acciones o había asistido por iliquidez.
Las recientes medidas son para muchos uruguayos el reflejo de las decisiones tomadas por el gobierno argentino y temen que la economía uruguaya colapse como la de este país. Si bien el Estado se hará cargo de las cuentas a la vista en los bancos suspendidos con los fondos que recibió de Estados Unidos, ha pedido que los socios privados, en su mayoría bancos extranjeros, capitalicen las entidades como condición para su reapertura, algo que todavía no ocurrió.
Para las autoridades, los fondos otorgados por Washington, ayudarán a garantizar la estabilidad del sistema financiero.