La inflación registrada en julio en el país alcanzó el 3,2 por ciento, lo que marca por tercera vez consecutiva una desaceleración en el alza de los precios de consumo. Con todo, durante los siete primeros meses del año la inflación acumuló el 34,7 por ciento y en los próximos días el gobierno deberá afrontar una renegociación de tarifas de servicios públicos, lo cual amenaza complicar el panorama.
El índice de precios mayoristas también sufrió un apaciguamiento, al registrar el mes pasado un alza de 4,7 por ciento contra el 8,5 por ciento de julio y el 12,3 por ciento que se había registrado en el mes de mayo. Otro indicadores de referencia, el índice de la construcción, acumuló el 2,3 por ciento.
Si bien la inflación de julio no fue significativamente inferior a la de junio (3,5 por ciento), la menor presión alcista de los precios se verificó en el factor de "arrastre" que pasó para agosto y es del 1,3 por ciento, contra el 3,5 que se tenía para el mes pasado.
"Hubo una desaceleración de los precios", destacó la directora de estadística del Indec, Graciela Bevacqua, quien explicó que esta menor presión en el alza de los valores estuvo signada por "la estabilidad del dólar, de los salarios y de los servicios", dado que estos dos últimos rubros se mantienen casi inalterables desde comienzos de año.
Bevacqua explicó ayer por la tarde que durante julio "se verificaron incluso algunas bajas de precios en algunos bienes a comienzo de mes, lo cual fue compensado con subas en la última semana".
Entre los rubros que signaron el alza de julio se destacó el de esparcimiento, que a nivel general subió el 7,1 por ciento, impulsado por la demanda estacional de vacaciones de invierno.
También gravitó en este alza la suba del 14,7% de los cigarrillos, y el 4,1% del rubro alimentos y bebidas, donde se verificaron alzas de entre el 13 y 19% en el arroz, 15% para la papa, 10% en la manteca y 9,3% para le leche larga vida.
Para el mes en curso, el gobierno tiene previsto comenzar a reajustar el precio de algunos servicios, como la luz, el gas, agua y teléfono, que se mantienen congelados desde enero con la sanción de la ley de emergencia económica.
Estas subas podrían volcar la tendencia declinante de la inflación, que en los siete primeros meses del año acumuló una suba del 34,7 por ciento.
Mayoristas y construcción
Donde también se verificó una desaceleración en la suba de los precios fue en el sector mayorista -que acumula una suba del 105,6% en lo que va del año- al haber subido un 4,7% en julio contra el 8,5% de junio y 12,3% en mayo.
La suba mayorista estuvo signada por un incremento del 5,1% de los productos nacionales -consecuencia del aumento del 9,4% de los productos primarios y 3,8% en manufacturados y energía-, al tiempo que los importados subieron el 1,6%.
Cabe destacar que son los negocios minoristas, a partir de una caída del 40% en las ventas, y en los márgenes de ganancia, los que asimilan la diferencia entre la suba del 105% de los precios mayoristas y del 34,7% de los precios al consumidor.
En el sector de la construcción, donde un tercio de las empresas se encuentran paralizadas, la suba de precios en julio alcanzó al 2,3 por ciento, aunque sin variante el costo de la mano de obra, con subas del 3,5 por ciento en materiales y 2,4 por ciento en gastos generales.
La Ciudad
