"Rosario resurgirá merced al propio esfuerzo de sus vecinos". El augurio corrió por cuenta de intendente Hermes Binner y fue la frase con la que el mandatario local coronó una jornada de celebraciones. Es que ayer Rosario conmemoró el 150º aniversario de su declaración como ciudad, y lo hizo con diversos festejos oficiales. Por la mañana, autoridades provinciales y municipales presidieron el acto central en el parque Urquiza, donde se le rindió homenaje al prócer y se dejó encofrado un mensaje que será leído dentro de 50 años. Las actividades prosiguieron en la escuela Gabriel Carrasco y luego en la zona sur, donde la Escuela Técnica Nº393 fue rebautizada con el nombre de "5 de Agosto, Ciudad de Rosario". Y en la oportunidad, el intendente bregó por que los rosarinos trabajen juntos por la ciudad.
Los de ayer fueron festejos austeros pero cargados de emotividad. En todos los actos se hizo referencia a las circunstancias históricas que promovieron que en aquel 5 de agosto de 1852 Rosario dejara de ser una villa y obtuviera definitivamente el status de ciudad.
Y el racconto sirvió para que el intendente lanzara una convocatoria pública a hacer lobby por los intereses locales. "En este día tan especial, todo los rosarinos debemos comprometernos con el presente y el futuro de la ciudad para vencer desafíos en lo económico y en lo social", dijo Binner, para asegurar que "Rosario renacerá gracias a la participación de los vecinos".
Mensajes y pastelitos
El parque Urquiza fue el escenario natural donde comenzaron los festejos por los 150 años de la ciudad. El vicegobernador santafesino, Marcelo Muniagurria (a cargo de la Casa Gris por la licencia del gobernador Reutemann), Binner y el arzobispo de Rosario, Eduardo Mirás, presidieron la ceremonia oficial junto a ministros provinciales, secretarios municipales y representantes del Concejo Municipal.
A la hora de los discursos, Muniagurria llamó a los rosarinos a "tomar la punta en la titánica tarea" de transitar épocas "rayanas en el heroísmo, porque otra vez todo está casi por hacerse, como hace 150 años". Luego calificó de "inadmisible" el empobrecimiento de sus habitantes en una provincia "históricamente" productora de alimentos.
En el mismo sentido, Mirás pidió "por el bienestar y el progreso de todos los hombres y mujeres", al tiempo que reconoció que la ciudad "está temporalmente herida por la decadencia que azota a todo el país".
En una ceremonia con poco público y frente al Paraná, Binner y Muniagurria descubrieron una placa recordatoria de Justo José de Urquiza, quien promoviera la declaración de ciudad de Rosario.
Allí mismo se guardaron dos mensajes para que sean leídos dentro de 50 años, cuando la ciudad festeje su bicentenario, uno del propio Binner y otro de los alumnos de la escuela Justo José de Urquiza, en nombre de los jóvenes rosarinos.
Luego, los funcionarios se animaron a tararear el Pericón Nacional y temas del cancionero popular.
El toque distintivo lo dieron los alumnos de escuelas secundarias que vendían pastelitos a los funcionarios mientras tomaban el chocolate que invitaban los ex combatientes de Malvinas.
Hacia las 14, Binner concurrió a la Escuela Gabriel Carrasco. Luego fue hasta Lamadrid al 100 bis, donde junto al ministro de Educación Alejandro Rébola se bautizó a la Escuela Técnica 393 como "5 de Agosto, Ciudad de Rosario".
La jornada ya había comenzado a las 9, cuando el intendente estuvo presente en la tradicional panadería Nuria, que donó una gigantesca torta de 130 kilos, con la forma del Monumento a la Bandera. La tarea estuvo a cargo de 15 confiteros que mantienen la receta bajo siete llaves.
Ya por la tarde, este regalo a la ciudad fue deglutido por grandes y chicos de la zona sur, quienes se repartieron más de mil porciones tras el acto escolar.