| | Tratan una reprogramación de depósitos en Uruguay
| El gobierno uruguayo lanzó ayer en el Congreso una carrera contra el tiempo para salvar su golpeado sistema financiero con ayuda del FMI, mientras una relativa calma ganaba las calles de la capital tras saqueos y enfrentamientos con la policía durante la semana. Uruguay atraviesa la peor crisis económica de su historia, agravada en enero por la debacle argentina, que golpeó al turismo, el comercio y hasta el históricamente sólido sistema financiero que sufre una masiva fuga de depósitos. El ministro de Economía, Alejandro Atchugarry, explicó ayer a los legisladores un proyecto que difiere hasta en tres años la devolución de depósitos a plazo fijo en dólares en bancos estatales y algunos privados que fueron intervenidos por crisis de liquidez. El gobierno busca que el Congreso apruebe este fin de semana ese plan, que incluye otras medidas para fortalecer a los bancos y prevé que los depósitos cuya devolución será diferida sean devueltos en la misma moneda en que fueron pactados. Atchugarry advirtió que el levantamiento del feriado bancario previsto para mañana está atado a la aprobación del proyecto de inmovilización de las colocaciones, al tiempo que advirtió que "el Estado no va a poder invertir un centavo más en mantener bancos". Los bancos perdieron un tercio de sus colocaciones en los seis primeros meses del año, especialmente por el temor de los ahorristas a que sus ahorros fueran congelados de la misma forma que lo hizo Argentina en enero para frenar una corrida. Para hacer frente a los cambios en el sistema y la presión de los damnificados, Uruguay espera ayuda financiera multilateral que podría calmar los nervios de los depositantes. Según fuentes legislativas, esa ayuda podría ser de unos 1.500 millones de dólares.
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