Año CXXXV
 Nº 49.560
Rosario,
domingo  04 de
agosto de 2002
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Frepaso y ARI, dos paralelismos preocupantes

Susana Grassi

El Frepaso de Carlos Chacho Alvarez de la década del 90 y el actual ARI de Elisa Carrió tienen muchos puntos en común, tanto por la forma en que nacieron como en el estilo de conducción de sus máximos líderes, un parecido que a la hora de medir el futuro inmediato preocupa sobremanera a los seguidores del ARI.
En efecto, el Frepaso surgió por la oposición de un grupo de peronistas al gobierno de Carlos Menem en sus primeros tiempos de gestión. A la sombra de ese proyecto se fueron juntando voluntades que lo llevaron a crecer rápidamente como una fuerza electoral que ocupó con éxito el espacio de centroizquierda.
Por su parte, el ARI nació como consecuencia del rechazo de la radical Carrió y el socialista (PSD) y ex frepasista Alfredo Bravo al gobierno de la Alianza, también poco después de haber llegado al poder Fernando de la Rúa.
A estas filas, sólo conformadas en un principio por Carrió, el PSD y un peronista, se sumaron con el correr de los meses otros grupos, en gran mayoría desprendidos de las huestes de Alvarez, que para ese entonces ya había dejado huérfanos a los suyos al renunciar a la vicepresidencia de la Nación y a conducir su partido, el que prácticamente desapareció como tal.
Pero las similitudes también existen en lo que hace al estilo personalista de conducción: la ausencia de debate interno y de consulta que los frepasistas le achacaban a Alvarez se repite en el ARI, donde Carrió -según muchos de sus seguidores- suele cometer el mismo pecado.
Esa forma casi autista de dirección fue una de las principales razones de la destrucción del Frepaso, que se desmembró de a poco porque nunca discutió hacia adentro -por decisión de su líder- cortar con el gobierno de De la Rúa y pasar a la oposición.
Actualmente el ARI enfrenta el desafío de ocupar en el espectro político el espacio de centroizquierda que dejaron vacante los frepasistas y genera en la sociedad la misma expectativa que aquellos tuvieron los 90.
Aunque Carrió y los suyos transitan el mismo camino que el Frepaso, también parece que tropiezan con las mismas piedras, y ese es precisamente el tema que más preocupa a los militantes del ARI.
El tema central es la falta de discusión entre la dirigencia del ARI, que en varias ocasiones se vio sorprendida al enterarse por los medios que decisiones de fondo que tienen que ver con su futuro inmediato ya habían sido tomadas -y anunciadas- sin consulta previa.
En el entendimiento de que pueden tener un buen desempeño electoral en los comicios de marzo -algo todavía incierto porque Carrió aún no se lanzó a la carrera presidencial- los dirigentes del ARI no ocultan su ansiedad por el futuro.
Al igual que los chachistas de los 90, los aristas de hoy no discuten el liderazgo de su jefa, pero reclaman participación en la toma de decisiones para que el partido no corra la misma suerte que aquél.


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