Año CXXXV
 Nº 49.560
Rosario,
domingo  04 de
agosto de 2002
Min 8º
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Editorial
El puente se termina

Los gobiernos de la Nación y de la provincia acordaron concederle a la empresa constructora del puente Rosario-Victoria una prórroga de cuatro meses para que la obra se termine de ejecutar. Inicialmente prevista para septiembre, la impresionante conexión vial, que ya se ha transformado en una nueva postal de la ciudad y la región, está completada en poco más del 90 por ciento. En realidad, la unión de ambas márgenes del Paraná ya es un hecho, pero restan finalizar trabajos menores aunque imprescindibles para su habilitación.
Es justo reconocer que tanto la Nación como la provincia -a lo largo de las distintas administraciones de los últimos años- han cumplido sin dilaciones con todos los aportes económicos para el levantamiento del puente. Y ahora, en su tramo final, cuando la empresa constructora encuentra dificultades de financiamiento -que es su exclusiva responsabilidad- el gobierno nacional vuelve a intervenir para ofrecer un aporte adicional que haga viable el fin de los trabajos. Si Puentes del Litoral, responsable de la obra, no consigue obtener un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el puente se terminará con recursos del Fondo Vial.
En tiempos de crisis, la peor de la historia de la Argentina, que una obra de magnitud como esta se demore unos meses no es una tragedia. En otra Argentina totalmente diferente y en crecimiento, el Monumento a la Bandera tardó más de una década en construirse. Lo importante es el compromiso para que los trabajos concluyan cuanto antes y que la unión interprovincial comience a ser utilizada para potenciar el desarrollo de la región.
El puente Rosario-Victoria es una realidad y a esta altura ya nadie duda de que será terminado. Es más, de no haber mediado el descalabro del país que comenzó en diciembre pasado, seguramente hoy miles de vehículos lo estarían utilizando. En la Argentina de las paradojas, el puente podría inscribirse como una más: un proyecto que tenía décadas y que nunca podía plasmarse. Ahora se ejecuta casi sin demoras y se convierte en la obra civil más importente del país y tal vez de Sudamérica.


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