Año CXXXV
 Nº 49.560
Rosario,
domingo  04 de
agosto de 2002
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Industriales adaptaron sus infraestructuras para elaborar diversos productos
Surgen microemprendimientos de fábricas en Cañada de Gómez
Una mueblería hace juguetes; un tornero, palitos para tocar la batería; y un vendedor arma colmenas

Walter Gasparetti / La Capital

Cañada de Gómez. - Una fábrica de muebles que adaptó su infraestructura a la elaboración de juguetes de madera, un vendedor que incursionó en el armado de colmenas para abejas y un tornero que tuvo la ocurrencia de fabricar palitos para tocar la batería forman parte de algunos de los microemprendimientos que comenzaron a surgir de pequeñas fábricas que estaban paralizadas en la ciudad.
Obreros, empresarios y personas vinculadas al sector muebles, uno de los rubros más afectados por la crisis y que aún no presenta signos de reactivación, protagonizan una especie de boom en Cañada. Por lo general son emprendimientos familiares que, con ingenio y esfuerzo, utilizan máquinas y equipos que tuvieron otro destino en décadas pasadas.
El fenómeno -que se enmarca en un incipiente comienzo de sustitución de importaciones- fue relatado por microemprendedores en el marco de una reunión en el Concejo de la Industria Cañadense (Coinca). La entidad, que funciona en el Centro Económico, busca brindar alternativas y capacitación a los interesados.
La otrora capital del mueble con medio millar de fábricas experimentó, en la década pasada, una reducción de establecimientos a menos de la mitad. La pujante ciudad que solía tener uno de los ingresos más altos de la provincia de Santa Fe se empobreció al ritmo de la crisis y del ingreso masivo de productos importados.
Por lo general son personas que estaban ligadas a la fabricación del mueble y hoy deben buscar alternativas dentro del mismo esquema de fabricación. Una de las principales dificultades es la comercialización de la producción.
"Comenzamos a dictar un curso de capacitación de marketing para microemprendedores porque hemos detectado que saben producir, pero no todos saben vender la mercadería que elaboran. Lo que queremos que Cañada de Gómez sea la capital del microemprendimiento", explicó el coordinador de Coinca, Eduardo López.

Relatos alentadores
Diego Poncelli se recibió de contador público hace apenas un año y como no lograba inserción laboral consiguió algunas máquinas para producir. Junto a su novia y otra colaboradora se puso a fabricar juguetes de madera y material didáctico.
"Tuve que aprender rápido los secretos del mueble al observar que algunos prototipos tuvieron aceptación. Mi familia me hizo un pequeño préstamo y así comenzamos a trabajar. Observamos que la situación todavía es complicada, pero estamos vendiendo en pequeñas cantidades", relató el joven de 26 años.
Néstor Poggi es tornero y comenzó a tener una menor demanda de trabajo como consecuencia del cierre y paralización de las fábricas de muebles. A raíz de la sugerencia que le hizo un baterista cañadense (Sebastián Mamet) se puso a fabricar palitos para batería. También moldea trompos, yoyos, valeros y otros juguetes.
Casi similar es el emprendimiento de Gabriel y Carlos Saburetti que comparten una ex fábrica de muebles para fabricar portarretratos y juegos didácticos de madera. La empresa comenzó a recibir una importante demanda de pedidos de la zona y de otras provincias.
"Ya llevamos colocados 1.200 juegos de ingenio y esperamos crecer. El problema es el capital de trabajo porque nos hemos iniciado con dinero propio. Estamos haciendo contactos con otros fabricantes para producir un mayor volumen y lanzarnos a la exportación", señalaron los hermanos.
Isabel Izquierdo forma parte de una empresa familiar que también se dedicaba a la fabricación de muebles. Frente a la caída de las ventas inició un nuevo emprendimiento relacionado con la costura. Como tuvo aceptación en el mercado adquirió algunas máquinas industriales, tomó personal y hoy trabaja para terceros.
Izquierdo explicó que comenzó con una sola máquina para hacer un trabajo personal y tras visitar a diversas empresas textiles observó que el negocio podría ampliarse. Hoy tiene ocho máquinas industriales y se asoció con otras mujeres para atender la demanda.
Roberto Gerster, de Coinca, comparó a la mesa de reunión de la entidad como una "olla pirula" donde se comparten ideas y se tratan de solucionar los inconvenientes que se plantean. "Llamamos a otros microemprendedores a que se sumen a este grupo que pretende organizar una muestra local para que la comunidad conozca este crecimiento", añadió.
Claudio Puntorillo tiene un local de venta de madera y en la búsqueda de alternativas de producción halló un nicho en la fabricación de colmenas para abejas. "Hoy no damos abasto y tenemos que rechazar pedidos, tras un trabajo de promoción en una exposición", confió el empresario.



Los microemprendimientos, un curioso boom en Cañada.
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