Año CXXXV
 Nº 49.560
Rosario,
domingo  04 de
agosto de 2002
Min 8º
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Comienza en Rosario el juicio oral
Masacre en Ramallo: Una tragedia a la luz de la Justicia
La historia de los hechos del 16 y 17 de septiembre de 1999 será revisada desde el martes

El 16 de septiembre de 1999 tres delincuentes armados ingresaron en la sucursal del Banco Nación de Villa Ramallo, en la provincia de Buenos Aires, y exigieron las llaves para acceder al tesoro. Lo que empezó como un robo común terminó en uno de los episodios más estremecedores de la crónica policial, con tres asesinatos, un suicidio dudoso y la "maldita policía" otra vez en acción. Esa historia comenzará a ser revisada a partir del próximo martes en el Tribunal Oral Federal de Rosario, donde se desarrollará el juicio oral y público por el caso.
La carrera del Volkswagen Polo en que intentaban escapar delincuentes y rehenes bajo la lluvia de balas policiales fue la imagen más elocuente de la masacre. El impacto de los hechos, la evidencia de que surgían de un oscuro trasfondo, agudizaron la necesidad de aclarar lo sucedido. Sin embargo, aún cuando mostró avances en cuanto a la complicidad de agentes policiales,la investigación posterior tropezó con limitaciones visibles y -por lo menos que se sepa- no logró penetrar en los aspectos más oscuros.
Ese será uno de los desafíos del juicio oral. La decisión de los delincuentes de salir del banco y la orden de disparar contra ellos y los rehenes, por ejemplo, todavía parecen inexplicables. Y la muerte de Martín René Saldaña, el delincuente que apareció suicidado en la comisaría de Villa Ramallo, se hizo lo suficientemente dudosa como para pensar en otro asesinato.
La actuación de la policía supone otro gran enigma a revisar. Antes y después de la masacre, hubo efectivos que actuaron al margen de la ley, tanto en la preparación del asalto como para borrar las huellas de sus delitos. La foto que mostró al cabo Alberto Agustín Castillo mientras se llevaba un bolso que los ladrones habían escondido en el Volkswagen Polo apareció en la superficie de la investigación como la punta de un iceberg que permanece oculto.
Otros hechos no serán juzgados, aunque están relacionados con la masacre. El llamado de Carlos Ruckauf a "meter bala" a los delincuentes, la desautorización a la tibia reforma intentada en la policía bonaerense por León Arslanian y los propagandistas de la mano dura, siempre presentes, explican en buena medida esa tragedia que sacudió al país una madrugada de septiembre de 1999.


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