La estimulación cognitiva de las capacidades intelectuales intactas a través de ejercicios de comprensión de textos o juegos de memoria y palabras retrasa el deterioro producido por el Alzheimer. Esto constituye una alternativa no farmacológica para esta enfermedad degenerativa del sistema nervioso que destruye progresivamente las células cerebrales.
Sobre el tema La Capital consultó a la fonoaudióloga Silvina Peralta, miembro del comité científico de la Asociación Lucha Contra el Mal de Alzheimer (Alma) y del Centro de Demencias del Hospital Centenario. "La estimulación cognitiva es útil en personas que transitan por un estadio leve o moderado de la afección, donde la atención, la memoria y la concentración están mejor preservadas", enfatizó.
La ejercitación de la memoria, las funciones sensoriales, perceptivas y motoras estimulan la actividad de las células nerviosas. Esto incrementa la autonomía y calidad de vida, y reduce el impacto que produce el déficit en la vida del enfermo y su entorno familiar.
Según explicó Peralta la estimulación consta de diferentes ejercicios. Entre ellos, la comprensión de textos referidos a situaciones de todos los días; implementación de estrategias para facilitar la aparición de la palabra que se quiere utilizar en una situación determinada; estimulación de la atención inmediata (a corto plazo) y sostenida (a largo plazo).
De esta forma se brindan mecanismos para compensar las dificultades, desarrollar las habilidades residuales, las capacidades indemnes o menos comprometidas. Durante la terapia también se utilizan objetos concretos que estén vinculados a la vida del paciente para que aprenda a desempeñarse mejor en sus tareas.
Buen nivel cultural
Los profesionales responsables de la estimulación cognitiva son el fonoaudiólogo y el psicopedagogo. Este último interviene principalmente en los inicios de la enfermedad. "Cuando el paciente cae en una depresión porque es consciente de sus dificultades", puntualizó la profesional.
Peralta resaltó que la tarea resulta más provechosa en personas con buen nivel cultural, porque cuentan con mayor cantidad de información para hacer frente al deterioro que implica el Alzheimer. Y al respecto citó el caso de una señora con un nivel intelectual medio "para la cual se estableció un programa especial", comentó. Se trata de una mujer que concurría a talleres de literatura y sabía idiomas. Ella notó de manera temprana la dificultad que tenía para nombrar objetos juntamente con problemas de memoria. Se le realizó el diagnóstico y resultó el inicio de un proceso de demencia. A partir de ahí, se comenzó con la estimulación cognitiva.
En función de sus necesidades se elaboró un programa especial, en el cual se trabajó con la lectura comprensiva y la escritura. Otra de las prácticas fue la facilitación semántica (la búsqueda de la palabra indicada) a través de un "ping pong de palabras", buscando sinónimos.
"El resultado fue óptimo. La señora mejoró el estado de ánimo, se sintió activa en el proceso de tratamiento". De esta forma el deterioro es más lento y tanto el paciente como la familia mejoran la calidad de vida. En pocas palabras se vive mejor", concluyó.
La estimulación cognitiva del consultorio se puede continuar en el hogar. La familia puede aprender algunos ejercicios y practicarlos en casa. "Esto ayuda muchísimo, ya que el paciente pasa a tener un rol activo en el hogar", dijo la licenciada Silvina Peralta. Un ejemplo podría ser alcanzar los ingredientes cuando alguien cocina o enseñarle qué lugar está indicado para guardar determinados objetos, como las llaves.
La Asociación Lucha Contra el Mal de Alzheimer brinda talleres de estimulación dirigidos a pacientes con compromiso leve y moderado. Para consultas contactarse telefónicamente al 4256364 o dirigirse a la sede de Alma en San Luis 3758.