María Laura Favarel / La Capital
Con síntomas semejantes a la gripe, el virus sincitial respiratorio (VSR) afecta especialmente a los recién nacidos prematuros, ancianos y personas inmunosuprimidas, en particular transplantados. Aún no se han desarrollado recursos terapéuticos contundentes, ni una efectiva vacuna. Las expectativas están centradas en la disponibilidad de anticuerpos para la prevención y el tratamiento de casos especiales. El infectólogo del Hospital Escuela Eva Perón, Osvaldo Teglia, explicó a La Capital que es frecuente oír la queja de quienes luego de haberse colocado la vacuna contra la gripe, comienzan a percibir síntomas como dolor de garganta y resfrío con abundante secreción nasal. "Se trata de personas afectadas por el VSR, muy diferente al de la gripe (influenza). A diferencia de esta, el VSR no se previene fácilmente y puede complicarse con una bronquiolitis o neumonía. Además no presenta dolores musculares, frecuentes en los estados gripales", dijo. El virus es altamente contagioso y se extiende en forma de epidemias. En invierno encuentra el ambiente propicio para expandirse no sólo por los efectos del frío, sino también por la tendencia a concentrarse en lugares cerrados como escuelas o espectáculos. "La infección se transmite a través de las manos, o desde la vía aérea de un infectado al hablar, estornudar o toser. Por esto, el lavado de manos y la correcta limpieza del ambiente, son las medidas preventivas más importantes para contener los brotes de la enfermedad", amplió. En el ámbito hospitalario el uso de guantes y máscaras en contacto con los pacientes infectados es esencial para controlar la diseminación del virus. Esto se implementa a partir de los programas de control de infecciones. Teglia relató que en el Hospital Eva Perón "al detectar una infección se aisla al paciente y el personal a su cargo tendrá la precaución de utilizar barbijo y guantes". Una vez concluido el período de contagio el paciente puede volver a la sala. El especialista recomendó evitar que los niños acudan a la escuela si presentan síntomas. La enfermedad se prolonga cerca de 10 días y puede padecerse más de una vez, aunque los sucesivos embates son más leves. Actualmente se tratan los cuadros severos de infección por VSR con una droga antiviral de amplio espectro que se utiliza en nebulizaciones. Este tratamiento mejora la oxigenación, aunque no reduce los días de hospitalización, la necesidad de ventilación mecánica, ni la mortalidad. Debido a la falta de estudios que demuestren sus beneficios y la potencial toxicidad para los trabajadores de la salud, esta medicación es reservada para casos severos. El VSR deja anticuerpos protectivos (inmunoglobulina humana policlonal) en quienes han padecido la infección. Se comenzaron a utilizar para prevenir y tratar las infecciones por este virus. Al no ser producidos por el propio organismo sino que provienen de individuos que la han padecido la enfermedad, su costo es alto y se la utiliza sólo en casos especiales. El VSR presenta una alta tasa de mortalidad invernal entre chicos pequeños y algunos adultos. Si bien se realizaron esfuerzos para disminuirla, los principales adelantos han venido de la mano de las inmunoglobulinas, pero tropiezan con el inconveniente de su costo. La biotecnología promete una vacuna que tal vez será el elemento fundamental para la prevención de la enfermedad. En Argentina los recursos deberían estar dirigidos a la disponibilidad de métodos de diagnóstico para el rápido reconocimiento de los casos y al funcionamiento en las instituciones médicas de programas de control de infecciones, que permitan la implementación oportuna del aislamiento respiratorio de los pacientes, eduquen al personal, e instruyan sobre el correcto lavado de manos.
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