Pasajeros de un tren varado en Rafaela terminaron el viaje en nueve colectivos

Rafaela. - Los 700 pasajeros del tren Jardín de la República (ex El Tucumano) que el sábado por la mañana quedaron varados en esta ciudad por la rotura de la locomotora continuaron viaje en nueve micros hacia las provincias de Santiago del Estero y Tucumán, después de más de 15 horas de espera.
La solución llegó de parte de la empresa Nuevo Central Argentino (NCA) que, a pesar de que es ajena al conflicto, se habría visto afectada en caso de que los pasajeros hubieran llevado adelante una medida de fuerza que consistía en evitar el paso de todas las formaciones ferroviarias. Esta concesionaria del ramal fletó por su cuenta los micros y así se descomprimió la situación.
La aventura de los viajeros, de todas las edades y condiciones, se inició el sábado último cuando el tren quedó detenido en la estación de NCA a raíz de una falla mecánica en la locomotora. El convoy pertenece a la subconcesionaria NOA Ferrocarriles SA y había partido de Retiro a las 21 del viernes rumbo a San Miguel de Tucumán.
Ante la falta de respuesta de los propietarios del tren, algunos pasajeros con disponibilidad económica resolvieron continuar el viaje por otros medios, como micros de línea y remises. Pero la mayoría debió afrontar una larga espera plagada de tensiones y carencias.
Diversas instituciones rafaelinas como Defensa Civil, la Municipalidad y la Unidad Regional V de Policía pusieron en marcha un operativo de asistencia a los pasajeros que consistió en ayuda sanitaria, entrega de agua y alimentos. También fue necesario el apoyo de un ómnibus sanitario del hospital local para atender a enfermos, niños, ancianos y personas afectadas por la situación y la instalación de una cocina de campaña.
Después de evaluar el cuadro y ante varios avisos de asistencia falsos por parte de la empresa NOA, el juez de turno en feria Alejandro Mognaschi, quien intervino ante los pasajeros que querían incendiar los vagones, resolvió iniciar una causa por defraudación. Pero las agencias de transporte automotor de la zona fueron inflexibles a la hora de prestar ayuda debido a que "NOA les adeudaba facturas anteriores". Finalmente NCA salió al cruce de la cuestión costeando los gastos de traslado de todos los pasajeros.