David Sebastián Duré, de 17 años, había pedido permiso a un policía para cruzar la Circunvalación, a metros del cruce con Oroño, donde había quedado en el suelo un vecino herido. Después de recibir la autorización hizo unos pasos y volvió la cabeza al escuchar que gritaban "hijo de puta". Era una camioneta policial que casi no llegó a ver porque recibió un perdigonazo de balas de goma en la cara que le tiraron a un metro de distancia. David perdió su vista en el ojo izquierdo y tiene la marca de cinco proyectiles más en la cara y uno en el cuerpo, apenas debajo del cuello. El lunes declaró como testigo ante el juez Osvaldo Barbero. El magistrado no tenía constancia policial de su caso. Que ocurrió en el mismo momento en que fueron heridos los hermanos Pinto (ver nota central) El chico cursa 9º año del polimodal. Iba a la Técnica Nº3, pero la falta de claridad de los episodios en los que resultó herido le provocaron ensimismamiento y un sentimiento cercano a la vergüenza. Después de pasar días encerrado en su cuarto, le pidió a sus padres que lo cambiaran de escuela. Y no dio lugar a los pedidos de las autoridades del establecimiento para que se quedara. El 19 de diciembre pasado se había quedado en su casa, todo el día, a instancias de su mamá, ante los disturbios y las balaceras que atravesaban el barrio. Pero cerca de las 17 salió corriendo ante el pedido de ayuda de una vecina, a quienle avisaron que su hijo se encontraba herido de bala, en la autopista. "Pedí permiso para cruzar la autopista y un policía me lo dio", contó David. Segundos después, cuando se encontraba en el cantero central, escuchó que le gritaban "hijo de puta". Se dio vuelta para ver que ocurría y recibió el impacto en la cara, efectuado a un metro de distancia. La camioneta policial desde la que le dispararon, cuenta, era clara y con doble cabina. El vehículo pasó rápidamente por el lugar en que estaba el chico y siguió la marcha. La gravedad de la lesión del ojo se debe a la distancia que le dispararon. El chico fue trasladado por vecinos y familiares al hospital Roque Sáenz Peña, desde donde lo derivaron al Centenario. El proyectil quedó incrustado en el ojo hasta el día después. No pudieron operarlo esa noche porque estaban atendiendo de urgencia a Yanina García, una de las siete personas que murieron en el marco de la represión de esos días. David tiene las marcas de los proyectiles en la cara. En el hueco que le quedó en el ojo lleva una prótesis, desde hace un mes, cuando con la colaboración de sus familiares y vecinos los padres pudieron juntar el dinero necesario para adquirirla. El Gobierno provincial se comprometió a costearlo, pero los médicos aconsejaron colocarla con urgencia, para evitar consecuencias peores.
| David, de 17 años, dijo que le dispararon a un metro. (Foto: Alfredo Celoria) | | Ampliar Foto | | |
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