Hace más de un año que Enrique Llopis no aparece en los medios. Lejos quedaron los tiempos en los que el ex diputado menemista posaba sonriente para las fotos y era nombrado ciudadano ilustre de Rosario a comienzos de los noventa. El famoso cantautor que también fue subsecretario de Cultura de la provincia durante la gestión de Jorge Obeid, ya no tiene una vida con alta exposición mediática. Alejado de la política y luego de haber sido procesado por estafa calificada contra la administración pública, sentencia que luego fue revocada por la Cámara de Apelaciones en lo penal, parece haber vuelto a las fuentes. La Capital rastreó sus últimos pasos y lo encontró en España, donde pasea cual juglar por las calles de Santander llevando las coplas de La Forestal por recónditos escenarios. "Acá estoy, enteramente abocado a la actividad de la canción y la composición", señaló hace pocos días en diálogo telefónico con este diario desde el Viejo Mundo.
Y las cosas no le van tal mal. Acaba de reeditar un disco homenaje al poeta Rafael Alberti acompañado por la orquesta filarmónica de Praga y se prepara a lanzar distintas presentaciones por Europa y América. "En noviembre vamos a arrancar una gira por Venezuela, Guatemala, México, Cuba y Puerto Rico", adelantó desde Santander, en el norte de España.
Es más, el cantautor rosarino se emociona con la posibilidad de volver a su ciudad. "Quiero ir lo antes posible", confesó antes de anunciar que "el año que viene" se presentará en Buenos Aires y "ojalá también pueda estar en Rosario y Córdoba".
Por ahora, está "abocado de lleno" al armado de sus presentaciones en Europa. Y alterna "cantando en algunos bares" para ganarse la vida con la música.
Admite que no está radicado en España de manera definitiva, pero cuenta con la tranquilidad de tener sus papeles en regla ya que posee "la residencia. Estoy aquí, viviendo solo, ya que me separé de mi mujer", comentó.
En efecto, Llopis estuvo casado con Guadalupe Noble, hija de Roberto Noble, uno de los dueños del diario "Clarín". Es más, hay quienes aún recuerdan cuando posó para la revista "Caras" junto a su ex mujer y con una espectacular mansión de fondo.
A España llegó hace más de un año "invitado por la Fundación Rafael Alberti. Les presenté el material que habíamos grabado en su momento con Rafael, les gustó mucho y surgió así la posibilidad de regrabarlo", contó el ex subsecretario de Cultura provincial.
Enrique Llopis cobró notoriedad en los años 70. Por aquellos días paseaba por las peñas de la ciudad acompañado por su guitarra y coqueteaba con las ideas de izquierda. Es más, los periodistas dedicados a cubrir el mundo del espectáculo aún recuerdan cuando uno de sus primeros trabajos fue vendido para juntar fondos para la campaña del Partido Comunista.
En 1991, y durante la intendencia de Héctor Cavallero, fue nombrado ciudadano ilustre de la ciudad. Eran los tiempos en los que interpretaba La Forestal en múltiples escenarios.
Un año más tarde desembarcó en el mundo de la política como secretario de Cultura municipal y en 1993 fue electo diputado nacional por el movimiento Honestidad, Trabajo y Eficiencia -básicamente de extracción socialista-, que luego se escindió.
Seducido por Menem
No pasó mucho tiempo para que sorprendiera a propios y extraños pasándose a las filas menemistas. Y la sorpresa fue aún mayor, cuando en 1995 pidió licencia para asumir como subsecretario de Cultura de la provincia pero apareció sorpresivamente en el Congreso un día de febrero para votar la ley de Reforma del Estado, que le otorgó superpoderes al entonces presidente Carlos Menem.
En realidad, por esos días ya se perfilaba como un menemista ferviente. Ya había lanzado su candidatura a intendente por el sublema justicialista "Rosario con Alma Vida" y no tenía reparos en mostrarse a favor de la re-reelección del riojano. "Voy a estar al lado de Menem para terminar con el flagelo de la desocupación", aseguraba por entonces.
En 1997, ya al frente de la Subsecretaría de Cultura santafesina, se vio envuelto en un escándalo. Obeid dispuso la realización de un sumario, una auditoría interna y el pase de las actuaciones a la Justicia cuando el cantautor no pudo justificar una diferencia cercana a los 390 mil pesos en los balances de la Secretaría. Fue procesado dos años después por estafa calificada contra la administración pública, pero en agosto de 2000 la Cámara de Apelaciones en lo penal revocó el procesamiento.
En 1998 fue nombrado subsecretario de Cultura de la Nación y ocupó ese cargo hasta el último día del gobierno de Menem. Después viajó a España pero regresó al país con problemas de salud. Fue sometido a una neurocirugía en Buenos Aires y desapareció de la exposición mediática. Hasta hace pocos días, cuando La Capital lo encontró en Santander abrazado a su primer amor: la música. Quizás el año que viene hasta vuelva a Rosario.