Año CXXXV
 Nº 49.553
Rosario,
domingo  28 de
julio de 2002
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Alemania: Romántica y señorial
En Heidelberg, uno de cada cinco habitantes es estudiante. Allí se fundó, en 1386, la universidad más antigua del país

Patricio Pron

Qué tienen en común escritores como Goethe, Hölderlin, Jean Paul, Victor Hugo, Mark Twain, pintores como Turner o Rottmann y músicos como Schumann, von Weber y Brahms? Lo que los emparienta es su admiración por la pequeña ciudad de Heidelberg, a la que han escrito, pintado o volcado sobre el pentagrama con la fascinación que, incluso aunque de manera menos productiva, el visitante tendrá cuando conozca esta ciudad alemana a orillas del Neckar de la que Mark Twain escribió: "Nunca había disfrutado de una vista con tanto sereno y complaciente encanto como la que Heidelberg ofrece".
Conocida como "la ciudad más romántica de Alemania", Heidelberg es una suma de contradicciones. En ella se fundó en 1386 la universidad más antigua del país. Con los años han sido tantos los intelectuales y científicos prestigiosos que han seguido el canto de sirena de Heidelberg que sólo Göttingen puede rivalizar en cantidad de premios Nobel recibidos.
Sin embargo, Heidelberg tiene ventajas evidentes sobre la ciudad de Baja Sajonia. Para comenzar, tiene río, el Neckar. Quien camine por cualquiera de sus márgenes se sentirá de inmediato enamorado de esta ciudad, en particular si camina por la orilla derecha, acercándose a -segunda ventaja- el castillo, ubicado en la margen opuesta. Construido alrededor de 1100 como monasterio benedictino, fue severamente dañado a lo largo de los siglos hasta su reconstrucción entre 1879 y 1883, además de haber sufrido un incendio en 1525, pero su aspecto es aún regio, sobre todo si se lo observa desde la orilla contraria al atardecer.
Allí funciona ahora un museo de farmacéutica y, entre otras atracciones, pueden visitarse los sótanos del castillo y sus bellos jardines además del barril de vino más grande del mundo.
Pese a la impronta académica de la ciudad, ninguna en su tipo está tan lejos de ser "sólo" una ciudad universitaria como Heidelberg. Aquí pueden visitarse diez museos, varias galerías privadas, cinco teatros, se puede escuchar a la orquesta filarmónica o a la sinfónica, ambas conocidas mundialmente, asistir a performances de danza, conciertos de rock o de jazz. Y todo esto lejos de cualquier formalidad: en Heidelberg uno de cada cinco habitantes es estudiante, lo que le brinda una impronta juvenil que se aprecia en sus calles, en las terrazas de los bares y en las salas de conciertos.

Museos
No son estas las únicas atracciones de Heidelberg. Entre los museos que pueden visitarse aquí se encuentran algunos dignos de ser mencionados por su excentricidad: el de la antigua cárcel universitaria, que solía acoger a los estudiantes indisciplinados, el Museo Bonsai sobre este arte oriental, el Museo Alemán del Envase que da cuenta de la historia del envasado de la antigüedad a nuestros días y el Museo Textil Max Berk.
Aunque más clásicos, no son menos interesantes el Kurpfälzisches Museum, pese a la distribución caótica de sus fondos un museo más que recomendable para conocer los períodos romano, franco y merovingio de Heidelberg, así como para apreciar buenos ejemplos del Rococó y del Romanticismo; el Museo Antiguo, que acoge una de las colecciones arqueológicas más grande de Alemania; el Centro de Documentación y Cultura de los Gitanos Alemanes, que documenta el trágico destino de esta etnia bajo el Tercer Reich; el Museo de Arte Sagrado y Liturgia y, por supuesto, el enorme zoológico de la ciudad.
Quien no desee visitar museos tiene la oportunidad de conocer la ciudad con una visita guiada a precios más que convenientes, navegar el Neckar mientras se observan ambas orillas y se bebe una copa de vino o, más sencillamente, caminar, perderse en las callejuelas laterales que aún conservan su aspecto antiguo -producto de una reconstrucción de la ciudad producida entre 1689 y 1693- aprovechando que es pequeña. No de otra manera se conoce el mundo.



La ciudad se encuentra a orillas del río Neckar.
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