El Irízar quedó varado y podría tener que invernar

El rompehielos argentino Almirante Irízar, que le abre paso a través de los hielos antárticos al buque alemán Magdalena Oldendorff, quedó varado entre bloques de hielo de un espesor de dos metros y está a la espera de mejores condiciones climáticas que le permitan continuar la marcha.
La situación, que se complicó en las últimas horas como consecuencia de las hostiles condiciones climáticas que imperan en la región, podría obligar a los dos buques a invernar en el lugar, a la espera de que los hielos comiencen a derretirse.
"Las rigurosas condiciones meteorológicas y glaciológicas reinantes hicieron detener la marcha de ambos buques", informó ayer la Armada. No obstante, los helicópteros que operan sobre la cubierta del Irízar continuaban realizando vuelos de exploración en la búsqueda de nuevas rutas que permitan la navegación en convoy.
A bordo del rompehielos argentinos se encuentra, además, un equipo de glaciólogos que analizan, sobre la base de información satelital y la recabada en el terreno, las posibilidades de navegación a través del hielo.
La jornada de ayer, según consignó la Marina, fue una de las más duras que le tocó enfrentar a la tripulación del Irízar. "La presión que ejercen sobre las naves los campos de hielo que los rodean, hacen peligrar aún más el resultado de la operación", consignó la Armada.
Con temperaturas de hasta 38 grados bajo cero de sensación térmica , vientos de hasta 140 kilómetros por hora y jornadas con sólo cuatro horas de luz, el Irízar, con 176 tripulantes, y la misión de rescatar el buque alemán en el que viajaban 17 tripulantes y un mecánico, afronta condiciones mucho más duras en su regreso que en su viaje de ida. (DyN)