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El lado oscuro del medicamento

El día domingo 12/7/02, La Capital publicó un artículo bajo el título "El lado oscuro del Medicamento", en el que se pretende echar la culpa de todo lo que pasa en la salud a inescrupulosos médicos que recibirían suculentos premios por medicar. Como médico a punto de cumplir 30 años en la profesión, le voy a resumir cuáles son los puntos que no se tocaron en dicho artículo: 1) En el país no hay una institución que controle la fabricación y expendio de medicamentos (como la FDA en EEUU), y por lo tanto nunca sabremos si 500 mg. de amoxicilina realmente lo son, excepto por la respuesta del paciente en su mejoría. 2) No dudo de esos estímulos que ella menciona, pero si uno medicara por ese motivo le quedarían los días contados en la medicina porque se le morirían todos los pacientes. 3) El problema del medicamento, precios, ley de patentes, no control, no pasa precisamente por los médicos, porque los vademecum incluyen marcas de determinados laboratorios por prebendas que se dan, y no precisamente a los médicos, y muchos pacientes no pueden comprar los remedios porque no les alcanza el dinero aún con los míseros descuentos de las obras sociales. Y no hay instituciones oficiales que controlen por ejemplo la propaganda callejera de medicamentos con contraindicaciones formales. 4) Muchos laboratorios reemplazan la función que tendría que tener el estado en la formación de posgrado, pagando a médicos viajes y gastos para congresos, cuando si uno lo pagara con los aranceles que cobra de la obra social o de sueldos de hospitales públicos no podría ni ir a la esquina, y eso no significa que uno les recete devolviendo la gentileza, porque si el fármaco es malo, tontos no somos. 5) Si pretende hacer una investigación sobre el tema, convendría poner nombre y apellido de lo presuntos denunciantes, especialmente si abandonaron el barco, porque la inmensa mayoría seguimos trabajando aún con estas pésimas condiciones del sistema de salud que se interpone entre el individuo y la salud. 6) Si los médicos piden estudios complementarios innecesarios con motivos aparentemente pecuniarios, es fácil, las obras sociales deben tener protocolos elaborados con los mejores de cada especialidad en el país, y de cada tema, por ejemplo el embarazo, deben pedirse: dos ecografías, tres rutinas de análisis, un monitoreo fetal, etcétera y de paso obligaría a los médicos a hacer lo que corresponde. Finalmente, le recuerdo que la mayoría de mis pacientes y de muchos de mis colegas, se llevan los tratamientos gratis que uno les junta de las muestras de esos laboratorios tan criticados en el artículo. Me parece que el árbol no le deja ver el bosque, y miles de médicos honestos estamos doloridos seguramente por haber tirado sobre nosotros una culpa que no tenemos.
Doctor Roberto Feldman