Atilio Pravisani / La Capital
Santa Fe. - Dos denuncias por discriminación en un centro de compras capitalino generó un repudio generalizado y la intervención de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe, organismo que adelantó elevará el caso al Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi). Se trata de las presentaciones efectuadas por la Dirección Provincial del Menor y la Familia y el sacerdote Sergio Capocetti en relación con dos niñas de precaria condición económica a quienes no se les permitió permanecer en un local de comidas de la cadena internacional McDonald's. El propio Capocetti fue protagonista del hecho junto con un sobrino suyo. Ambos se encontraban en el Paseo del Sol cuando observaron que la encargada de la famosa casa de comidas estaba desalojando a dos niñas que estaban mendigando. Ante esa actitud carente de solidaridad, el religioso no hizo esperar su reacción y procedió a comprarles una hamburguesa a cada una, pero eso no fue suficiente para que el personal del establecimiento declinara de su postura e igualmente les exigiera que se retirasen. Para profundizar aún más su gesto de evitar la expulsión, el sacerdote había invitado a ambas niñas a compartir su mesa, lo cual también fue crudamente impedido por el personal de la seguridad del paseo de compras, que le comunicó que las pequeñas indigentes no podían permanecer en el lugar por la pobre vestimenta que usaban y el mal aspecto que presentaban. Los esfuerzos del prelado resultaron estériles para explicar que él había pagado las respectivas consumiciones y que eso les otorgaba la característica de clientes, por lo cual les asistía el derecho de permanecer en el local. El agente de seguridad mantuvo su postura y no atendió las razones del religioso, generándose así un áspero entredicho al cabo del cual Capocetti se retiró, no sin antes dejar constancia del episodio en el libro de quejas. Para el sacerdote, la expulsión de las menores fue un hecho que tuvo características totalmente discriminatorias. "Las obligaron a retirarse simplemente porque estaban mal vestidas o porque son pobres. Pero no se trata de pibes que se hubieran escapado para tener una aventurita. Sin embargo, para el marco de la humildad exhibían, estaban bien vestidas", sostuvo el cura al ratificar su indignación por el hecho. Además comentó que a modo de excusa el guardia de la seguridad le comunicó que tenía que "cumplir órdenes y que las chicas se tenían que ir del local". El caso derivó en una denuncia por parte de la Dirección del Menor y la Familia ante la Defensoría del Pueblo de Santa Fe, donde de inmediato se inició un expediente que será girado en los próximos días al Inadi requiriendo explicaciones a las autoridades del paseo de compras santafesino. Asimismo, se procederá a comunicar el suceso al defensor del pueblo de la Nación, dada la condición de empresa internacional que observa la casa de comida.
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