El Encuentro Internacional de Sida finalizado el 12 de julio último, reavivó la polémica a nivel mundial. En el país, el debate parecía adormecido frente a otros problemas de salud de urgente resolución. Mientras, la infección continúa cobrándose cada vez más vidas y se estima que seguirá creciendo. Entre otras razones, debido a la pérdida del temor inicial hacia la enfermedad y la falta de campañas preventivas.
A los efectos de conocer las novedades surgidas del encuentro internacional, La Capital convocó a dos especialistas rosarinos que participaron de la conferencia de Barcelona. El médico infectólogo Osvaldo Teglia y el doctor Sergio Lupo -vicepresidente de la Sociedad Argentina de Sida-, coincidieron en resaltar como novedad el anuncio de nuevos fármacos, como el T-20 que evita que el virus penetre en el núcleo celular, la posibilidad de comienzo del tratamiento más tardíamente y la disminución de la ingesta de pastillas.
Nuevas drogas
En cuanto a las nuevas drogas capaces de interferir el ingreso del virus a las estructuras celulares (las hasta ahora disponibles actúan como inhibidores de enzimas), Teglia explicó que los medicamentos en experimentación ensayan tres estrategias diferentes: bloquear la entrada del virus a la célula, actuar sobre factores celulares que promueven la infección y debilitan la respuesta inmune o mediante una vacuna capaz de generar anticuerpos neutralizantes.
La primera droga de esta nueva familia de fármacos se denomina T20 y proviene de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, de la mano del doctor Bolognesi. El T20 es una molécula que impide la entrada del material genético del virus a la célula huésped. Esta nueva droga está siendo probada en 1.000 individuos seropositivos en 112 hospitales en todo el mundo. "El T20 actúa una vez que el virus vacía su contenido de material genético en la célula, evitando que penetre en el núcleo celular", aclaró el infectólogo. En cuanto a estos avances, Lupo expresó su temor a que se demoren en llegar al país, "y lo que es peor, que no sean accesibles. De esa manera los adelantos no tendrían sentido para nosotros", subrayó.
"Cuando se trata de enfermedades epidémicas el sistema de salud estatal tendría que evaluar la posibilidad de abaratar los costos, sobre todo en países sin recursos", agregó. Durante la conferencia internacional, Brasil fue puesto como ejemplo en relación a las políticas de medicamentos por cuanto el Estado fabrica genéricos y consiguió disminuir los gastos. Gracias a esta política, el país sudamericano brinda tratamiento a alrededor de 100.000 personas.
La efectividad del tratamiento de la infección por VIH depende del cumplimiento de un esquema de medicamentos. Los cócteles antirretrovirales, que consisten en la ingestión de 16 pastillas diarias, conspiran con la adhesión a la terapia.
Para Lupo, la posibilidad de reducir la ingesta diaria de comprimidos constituye un avance significativo en el mejoramiento de la calidad de vida de los pacientes. De esta forma, dos veces en el día el paciente ingeriría comprimidos que reúnen varias drogas. Este tratamiento estaría disponible a partir del año próximo.
En cuanto al retraso en el comienzo del tratamiento, el especialista rosarino aclaró que el límite lo impone el estado de salud del enfermo. "Si tiene una depresión inmunológica importante, ésto no es posible", aclaró Lupo. Esta estrategia surgió como resultado de estudios clínicos realizados a partir de 1996, con el inicio de las terapias combinadas.
Otro de los temas centrales de la conferencia fue la posibilidad de contar próximamente con una vacuna para prevenir el sida. Al respecto, el doctor Teglia señaló que "la carrera es lenta". Las pruebas comenzaron en 1987 y hasta el presente se experimentaron 30 vacunas diferentes involucrando a miles de voluntarios. Actualmente existe una sola vacuna en su última fase de experimentación. "Si todo sale bien podría comercializarse a partir de 2003", dijo Teglia.
Durante el encuentro internacional se presentaron trabajos que demostraron que el virus puede quedar dormido por largos períodos de tiempo luego de un tratamiento efectivo. Esto plantearía la posibilidad de interrupción de la terapia sin que se produzca un deterioro en la salud del enfermo. Al respecto, Lupo opinó que esta opción "no es efectiva, porque queda una pequeña porción del virus que comienza a replicarse. El tratamiento es de por vida", remarcó el médico clínico.
En cuanto a la progresión de la epidemia, Lupo señaló que "la batalla se está perdiendo". Actualmente son 40 millones de personas que conviven con el VIH, y se calcula que en el 2010 esta cifra se duplicará.
"Cuando un virus ingresa en zonas de extrema pobreza y mucha densidad de población, no hay quien lo frene", aclaró el especialista. Y en esta situación ubicó a la Argentina, donde "se perdió el temor inicial a la enfermedad, y esto hace que no se tomen medidas de prevención como el uso de preservativos, y se bajó la guardia con respecto a las campañas, debido a la crisis económica", afirmó finalmente.
La Ciudad
