Santa Fe.- El sonido de una bala que le rozó la pierna y la silueta de una persona que les hace seña para abandonar el lugar después de haber disparado un arma son el testimonio fílmico registrado por un camarógrafo y una periodista de un canal de cable local. Ambos salvaron vidas cuando buscaban captar imágenes en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad: las balas iban dirigidas contra sus personas.
La periodista, que por razones de seguridad pidió resguardo de identidad, relató la secuencia del ataque armado del que, según admitió a La Capital, no había tenido conciencia inicial en cuanto al riesgo físico. "Sólo supimos a lo que estuvimos expuestos recién después de ver las imágenes. En el momento a lo único que atinamos fue a huir corriendo", comentó. "La bala que rozó a mi compañero habría impactado en su pierna de no haber mediado el barrote de una reja en la que pegó primero, lo que desvió la trayectoria".
Sin ser especialista en la materia, la cronista dedujo que dado que el agresor "disparó su arma -se presume una calibre 9 milímetros- el proyectil debió haber tenido una trayectoria desde abajo hacia arriba y se desvía al pegar en la reja para pasar a la altura de la pierna del camarógrafo. Podemos pensar que si no hubiera estado la reja la bala habría impactado en su cuerpo a más altura, presumiblemente el abdomen o el pecho", cuenta sin salir de su asombro.
Ocurrió a las 16 del lunes cuando un equipo del canal Cable y Diario de Santa Fe se trasladó hasta el barrio San Lorenzo, en la zona oeste, uno de los más calientes en materia de inseguridad. Iban para recabar testimonios de un asalto al centro comunitario barrial registrado el viernes último. Dado que datos en posesión de los periodistas atribuían a la célebre "banda del pasillo" la autoría del atraco y el tiroteo que se produjo el sábado cuando la policía realizaba un allanamiento, los trabajadores de prensa fueron caminando a tres cuadras del centro para filmar el corredor que da nombre al grupo delictivo, en Entre Ríos al 3700.
Al lugar llegaron a pie; el auto con la identificación del canal había quedado a distancia previendo algún intento de robo. El lugar a relevar es usualmente citado por las crónicas policiales no sólo por los sucesos violentos, sino porque ni siquiera incursionan allí las fuerzas de seguridad. Tampoco las ambulancias para asistir a heridos de enfrentamientos.
"Nos metimos en un lugar difícil, pero nuestra función es mostrar lo que pasa y correr los riesgos", dijo la periodista. El peligro se concretó desde una de las puertas del pasillo, de donde partió el primer disparo al aire. "Una persona se agachó y disparó al cuerpo del camarógrafo. Luego hizo inequívocas señales para que nos retiráramos". Las imágenes captadas no permiten individualizar al agresor.
El diario El Litoral, propietario de Cable y Diario, recordó ayer que el barrio en cuestión fue escenario de hechos graves y crueles. Allí resultó violada, asesinada y sepultada en una bocacalle una adolescente, registra el vespertino, que consigna también el fusilamiento de tres hombres un año atrás, "en mitad de la calle a plena luz del día".
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La Ciudad
