-¿Con la crisis, los ejecutivos de finanzas están copando la dirección de las compañías? -Primero rescataría que estas designaciones tienen que ver con la capacidad profesional de las personas. Por otro lado, las empresas argentinas están hoy soportando una fuerte crisis económica después de las medidas adoptadas por el gobierno. Un ejemplo son las privatizadas, que tienen sus ingresos en pesos y sus deudas a dólar libre. El problema financiero se transformó en prioridad, por eso la revalorización de los ejecutivos de finanzas. -¿Tiene más que ver con problemas de corto plazo? -En la Argentina hubo modas: la del ejecutivo joven, con 20 años de experiencia, tres títulos universitarios y la priorización de los aspectos comerciales dentro de una economía estable. En la práctica, en el resto del mundo y, principalmente en las economías estables, las calidades personales tienen mucho más que ver que con su profesión de origen. De todas formas, en el mundo existe un predominio del CEO con experiencia en finanzas, seguidos por los del área de marketing y en menor medida los provenientes del sector productivo. Seguramente esto que hoy sucede en Argentina será una moda que dure dos o tres años más y después volverá a privilegiarse la cualidad de las personas. -¿Es significativo el flujo de ejecutivos argentinos que se van al exterior? -Existe un retiro de numerosas compañías del país ya que la Argentina dejó de ser una prioridad. Hay una concentración de transferencias hacia Brasil. Lo que vemos en nuestra nómina de socios es una mudanza hacia al exterior por encima de lo normal. -¿El cambio de reglas de juego llevó a modificar las prioridades dentro del Instituto que preside? -La demanda de información es mayor. Esto nos obligó a tomar una actitud más proactiva y llevar propuestas ante el Ministerio de Economía, como la eliminación del impuesto a los créditos y débitos. Una operación que tiene un costo impositivo del 2,4% en siete días, que se transforma en una tasa de interés impagable y no ayuda a recomponer el nivel de actividad. También a proponer instrumentos como obligaciones negociables en pesos a corto plazo, no menores a 30 días y no mayores de 180 días y el lanzamiento de prefinanciación de exportaciones. El proyecto consta de nueve instrumentos financieros, que a su vez sirvan para descomprimir la demanda de fondos sobre la única reserva de valor que hoy se puede acceder: comprar dólares.
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