| | cartas Hogares de tránsito
| El 14 de octubre de 1982 recibíamos del juzgado de menores el primer bebé en nuestros hogares de tránsito. Se concretaba así en el seno del Movimiento Familiar Cristiano de Rosario el Servicio de Adopción y Hogares de Tránsito, cuya tarea consiste en apoyar a padres y futuros padres adoptivos y en la atención personalizada en casas de familias de niños derivados por los juzgados de menores, hasta que se decida sobre su situación legal. El compartir las experiencias y vivencias en el marco de la verdad con nuestros hijos es el objetivo de las reuniones de padres adoptivos y el acompañamiento en la espera y la toma de la decisión, el del ciclo de charlas para los futuros padres adoptivos. En el área de hogares de tránsito hemos recibido en estos años aproximadamente 700 niños y la tarea se realizó con una visión cristiana, pensando que en ese hermano fue Jesús que entró en cada casa y comprender la idea del darse en lugar de dar. La tarea no fue sencilla por las enfermedades, la falta de recursos, los tiempos prolongados y por qué no, muchos sinsabores, ya que es muy complejo manejar la incertidumbre de un final, atender los problemas de salud, remedios, leche y pañales que generan preocupación en el orden económico. Sin embargo, no fueron obstáculos durante estos 19 años, pero se necesitó del esfuerzo de familias, personas, instituciones y empresas, todas ellas anónimas que sin dudas pueden ser el ejemplo positivo que hoy necesita una sociedad castigada por las malas noticias. Es el ejemplo de una sociedad rosarina que es muy solidaria y digna de ser mostrada y por tanto merecedora de agradecimientos, que se expresan en acontecimientos como en este aniversario. Agradecimiento a los juzgados de menores que han confiado el cuidado de tantos niños a la institución; a todas las familias y personas que han actuado como hogares de tránsito cuidando con profundo amor a cada niño recibido; a todas las empresas y personas que aportaron económicamente para la compra de pañales, leche y medicamentos; a todas las instituciones, clínicas, centros médicos, hospitales, especialistas y pediatras particulares, por la atención personalizada y desinteresada de cada niño con alguna dolencia de mayor o menor complejidad; a todos los matrimonios, personas o profesionales que han brindado su experiencia de vida para el apoyo a los padres y futuros padres adoptivos, como charlistas y coordinadores en los encuentros; a todos los medios de comunicación por su aporte en la difusión de nuestras actividades y necesidades; al Movimiento Familiar Cristiano, institución que nos albergó y respaldó asumiendo toda la responsabilidad que esta tarea representa durante tantos años. A todos y cada uno, muchas gracias. Que Dios los bendiga. Norberto y Mónica Martínez, coordinadores del Servicio de Adopción y Hogares de Tránsito
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