Un suboficial de la policía rosarina resultó herido de gravedad antenoche al tirotearse con dos delincuentes que intentaron asaltar a un matrimonio en la puerta de su casa de barrio Belgrano. El cabo Sandro Ojeda, quien vestía su uniforme y se encontraba de visita en la casa de un pariente, terminó internado con un proyectil alojado en la base del cuello y de milagro salvó su vida. Los maleantes alcanzaron a huir en un automóvil donde los esperaba un cómplice, y hasta el momento permanecen con paradero desconocido.
El tiroteo ocurrió cerca de las 22 del lunes en la esquina de México y Montevideo, en la zona oeste de la ciudad y a unos cien metros del paredón que forma a esa altura la avenida Pellegrini, en el viaducto de acceso a la autopista Rosario-Roldán. Unos segundos antes de que la tranquilidad de la noche fuera alterada por el tiroteo, Andrés Messino, de 59 años, y su mujer María, de 64, regresaban a su casa de dos plantas ubicada a 50 metros de ese cruce. La pareja, que explota dos supermercados en la misma jurisdicción de la seccional 14ª, vive allí desde hace casi 40 años.
El matrimonio regresaba a su casa en auto y después del horario de trabajo, como de costumbre. Messino estacionó el coche sobre la vereda, frente al portón del garaje, y descendió para abrirle la puerta de calle a su mujer. En ese momento aparecieron dos hombres que venían caminando desde calle Montevideo.
Tiros y fuga
Los desconocidos encañonaron al comerciante cuando estaba delante de la puerta e hicieron que la mujer bajara del coche, con la intención de ingresar a la vivienda de la pareja.
Así lo señalaron fuentes de la investigación y algunos vecinos de la cuadra, que escucharon los gritos que provenían de la calle. "Vamos para arriba, hijo de puta, vamos para arriba", se les escuchó gritar. Mientras uno de los delincuentes le exigía a Messino que abriera la puerta, el restante hacía bajar a la mujer, siempre sin dejar de apuntarle a la cabeza.
Los gritos de auxilio fueron escuchados por el cabo Sandro Ojeda, quien estaba de visita en la casa de un tío, ubicada prácticamente frente a la casa de los Messino.
El policía integra el plantel de la seccional 24ª de Granadero Baigorria y que en ese momento vestía su uniforme reglamentario. Al escuchar el escándalo que venía de la calle, el agente decidió salir en defensa del matrimonio. Las fuentes consultadas señalaron que Ojeda, desde la vereda de enfrente, se identificó como policía y de inmediato dio la voz de alto.
Inmediatamente, los delincuentes, que sólo alcanzaron a arrebatarle la cartera a María, abrieron fuego contra el policía para cubrirse mientras huían a pie. A su vez, Ojeda se defendió utilizando su pistola calibre 9 milímetros reglamentaria. La balacera fue intensa y se concentró en la esquina de Montevideo y México. Genoveva Díaz, una vecina de la pareja asaltada, contó a La Capital que escuchó doce disparos.
La peor parte la sufrió el policía, que recibió un tiro en el cuello. Los delincuentes resultaron ilesos y alcanzaron a subirse a un coche que los esperaba por Montevideo. Una fuente de Jefatura contó que el auto tendría al menos un impacto en su carrocería. Enseguida, el lugar se llenó de policías y el herido fue trasladado al Centro de Emergencias Rosario, donde quedó internado en estado delicado, aunque su vida no correría riesgos.
Sospechas
Ayer no se descartaba que el intento de asalto a los Messino haya estado planificado. Además de poseer dos autoservicios en la zona oeste, Andrés es dueño de un local comercial, actualmente desocupado, justo enfrente de su casa. Además, sería dueño de un galpón ubicado por Montevideo también a pocos metros de su vivienda. Genoveva Díaz aseguró a La Capital que hace muy poco tiempo dos hombres se acercaron hasta la casa de los Messino para averiguar por el alquiler del depósito para realizar una reunión por el Día del Amigo.
Las mismas personas fueron vistas en otras dos oportunidades paradas en la esquina. La última ocurrió durante el fin de semana. "Esta vez también vinieron en bicicleta, pero uno traía a una chica en el caño", contó Genoveva.
La vecina dice que el barrio cambió radicalmente desde que se realizó la prolongación de Pellegrini y el empalme con la autopista a Roldán. "El ritmo de la obra hizo que muchas casas se agrietaran y el paredón del puente nos dejó encerrados. No hay movimiento y se junta gente de mal vivir debajo del puente. Todo esto hizo que las casas se desvalorizaran y actualmente nadie puede vender o alquilar algo", dijo.