Carla Rizzotto / La Capital
Jorge Bucay se siente satisfecho cuando tiene la certeza de que, por lo menos, a una persona de la sala le sirvió su conferencia. Esto quiere decir que en Rosario sus posibilidades de éxito están casi garantizadas: unas 3 mil personas lo escucharán disertar -entre hoy y mañana, a las 20.30, en el teatro El Círculo- sobre "¿Se puede ser feliz en tiempos de crisis?".
En una entrevista para La Capital, el terapista gestáltico nacido en Buenos Aires en 1949 adelantó que es una "obligación" buscar la felicidad. Bucay conduce el programa diario de televisión "El Buscador" y es autor de libros como "Cartas para Claudia" y "Recuerdos para Demián". Aunque no quiera pecar de vanidoso, Bucay es consciente de que despierta más de un suspiro entre el público femenino.
-¿Es realmente posible ser feliz en época de crisis?
-Claro. Es una dificultad, pero implica un gran desafío. No podemos dejar que lo externo nos distraiga del objetivo de ser felices. Pero hay que saber diferenciarlo de la alegría: uno puede y debe seguir luchando por su felicidad a pesar de que la realidad sea triste.
-¿Quiere decir que se puede ser feliz a pesar de estar triste?
-Sí, porque la felicidad para mí no es una forma de estar sino de ser. Se puede ser feliz, es más, creo que es una obligación.
-En este contexto nacional, ¿se acentúan los miedos, por ejemplo al futuro?
-El miedo es siempre un enemigo que nos acecha. Es uno de nuestros síntomas favoritos que conspira contra la lucha interna.
-¿Y se resaltan algunos defectos en las personas, como por ejemplo el egoísmo (preferirse a sí mismo por sobre los demás)?
-Preferirse a uno mismo respecto de los demás no me parece un defecto. Creo que es totalmente sano. Renunciar a nuestro bienestar por otro me parece una postura mística malentendida. Uno de los diez mandamientos dice: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo", y no más que a ti.
-¿Por qué la gente se engancha tanto con sus charlas?
-Es una buena pregunta, y me encantaría saberlo. Igual tengo algunas explicaciones: la gente dice que no hablo difícil, que fundamento respuestas que muchas personas no pueden encontrar y que simplifico cuestiones complicadas para que todos puedan entenderlas.
-Esa simplificación en general es aprobada por sus seguidores pero no justamente por muchos de sus colegas...
-Creo que mis colegas tienen razón, mis respuestas son universales y simplistas. Por eso yo me voy a encargar de simplificarlas y les voy a dejar a ellos la difícil, ardua, heroica e inteligente tarea de complicarlas.
-¿Es menos dramático escuchar los propios errores en una charla, donde al que está al lado le puede pasar lo mismo, que escuchar un diagnóstico personalizado?
-Son dos situaciones diferentes: la terapia es un evento individual, focalizado, a largo plazo; en cambio, la charla empieza y termina. Yo elegí el último camino porque pienso que puede ayudar a la gente a tomar una decisión, pero no para reemplazar a la terapia.
-¿Sirven los libros de autoayuda?
-Algunos sí y otros no. Pero me parece bárbaro que estén al alcance de las personas a las cuales les sirven.
-¿Sigue en auge este tipo de literatura?
-Me parece que la explosión de la autoayuda ya pasó y que vamos en camino a la literatura de reflexión, que te obliga a pensarte a vos mismo.
-¿Por qué muchos argentinos hoy buscan salvarse, sin que les importe el resto de la gente?
-Eso es producto de la vanidad, que sí es una mala compañía. Es un espejismo que hace que crea que yo solo me puedo salvar. Y eso es una estupidez: si el que está al lado mío se hunde, yo también.
-¿Se considera el ídolo de las mujeres de 40 años para arriba?
-Me encantaría, sobre todo porque en ese grupo está mi mujer. No creo que sea así, pero estaría espectacular.
-¿Por qué su público es mayoritariamente femenino?
-Porque las mujeres son más inteligentes (risas). Los hombres tenemos una dificultad para aceptar que otro tipo nos puede enseñar algo. El sexo masculino fue entrenado para autoabastecerse, entonces cuando yo empiezo a hablar, muchos se preguntan "¿qué me puede enseñar a mí este gordo idiota"..?
-Muchos de los libros de autoayuda recomiendan vivir el presente y olvidarse del pasado y del futuro, ¿coincide con esto?
-Me parece una exageración. Yo digo: vamos a vivir el presente como lo más importante, apoyándonos en la experiencia que el pasado nos dejó y tomando el futuro como un proyecto, que vamos a vivir cuando llegue su momento.
-¿Hay alguna palabra más importante para estos tiempos que la creatividad?
-Sí, el amor. Lo que define a la humanidad no es la creatividad, es la capacidad de amar. Y esta capacidad de amar es la que genera la creatividad.
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La Ciudad
