El detenido coronel del Ejército Alberto Crinigan, quien en el gobierno del ex presidente Fernando de la Rúa asumió la subjefatura de Inteligencia del Estado Mayor Conjunto, aseguró ser ajeno al secuestro y desaparición de 18 militantes montoneros que en 1980 fueron víctimas de la Operación Murciélago. Crinigan, detenido por orden del juez federal Claudio Bonadío, negó ante el juez toda vinculación con los crímenes de las Tropas Especiales de Infantería (TIR) contra un grupo de montoneros que eran comandados desde el exterior por -entre otros- Roberto Cirilo Perdía. Bonadío indagó a Crinigan, único militar en actividad que está preso por la desaparición de miembros de la organización Montoneros, a última hora del lunes, y ayer tomó declaración al coronel retirado Carlos Alberto Tepedino, ex comandante del Batallón de Inteligencia 601; a su par Antonio Herminio Simón, miembro del destacamento de Inteligencia 123 del Ejército, y al general Luciano Jáuregui, ex jefe del II Cuerpo. En el marco del proceso cumple prisión domiciliaria el ex dictador Leopoldo Galtieri, quien fue condenado por su accionar negligente en la Guerra de Malvinas. Pero ahora, por primera vez, se encuentra privado de la libertad por delitos de lesa humanidad. Bonadío libró órdenes de arresto contra 42 militares y ex policías, en una medida que generó malestar en las Fuerzas Armadas. Especialmente, porque en la nómina de sospechosos figura un hombre en actividad y "de carrera", como Crinigan, a quien el ex ministro de Defensa Ricardo López Murphy designó hace dos años como segundo del comodoro Alberto Gambardé en la Jefatura de Inteligencia del Estado Mayor Conjunto. Los detenidos ex comandantes Jorge Olivera Rovere y Juan Ramón Mabragaña y el coronel retirado Pascual Guerrieri fueron indagados el lunes, y ayer el juez avanzó en la ronda de interrogatorios, que se prolongará por varias jornadas. Sobre Guerrieri (ex jefe del destacamento de Inteligencia 121 y visto en el centro clandestino de detención Quinta de Funes) trascendió que en tono desafiante espetó al juez que esta causa judicial "es una persecución política", a la vez que hizo una "defensa ideológica" de la represión de la dictadura y en tono "fundamentalista", según las fuentes. La pesquisa gira en torno a tareas organizadas desde el Batallón 601 de Inteligencia, situado en Callao y Viamonte de la Capital Federal, para detectar el regreso al país de montoneros que habían logrado escapar y preparaban una "contraofensiva". Las operaciones incluyeron un monitoreo en todo el país, especialmente en las fronteras.
| Perdía comandaba desde el exilio a los montoneros. | | Ampliar Foto | | |
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