Carlos Reutemann aparece con una sonrisa a flor de labios. Está relajado, de buen humor y con ganas de hablar. El entorno entiende las premisas del jefe: nada de voces estridentes cuando el silencio es una prioridad. La Capital es testigo directo de un día distinto en la vida del gobernador que, al menos por una vez, se muestra alejado de su estigma de hombre parco y poco sensible. Parece haberse sacado un inmenso peso de encima pero, paralelamente, sabe que la historia estuvo otra vez delante de sus narices.
Es hora de hablar de su futuro en la provincia de Santa Fe y de si tiene ganas de seguir gobernando por un período más. "No, no. ¿Usted se acuerda lo que le dije en el 95, antes de irme?", le repregunta al cronista mirándolo a los ojos. Aquella vez, cuando todos hablan de un último intento reeleccionista, el mandatario había asegurado que no tenía intenciones de perpetuarse en el poder.
Palabras y paladar
"Y bueno, menos lo voy a hacer ahora, porque la oposición va a salir a hablar de oportunismo, bla, bla, bla. Cuando salta este tema, todos se ponen tensos, hacen declaraciones urticantes, cada uno prestidigita las palabras a su gusto y paladar", se posiciona mientras el sol del mediodía le pega de lleno en el rostro.
Sabe que todos los gobernadores tienen reelección, menos él. Y se levanta como un resorte de su silla para aseverar: "¡Claro! Y los que se oponen a mi reelección son muchos legisladores e intendentes que la tienen en forma perpetua. Me critican, y ellos tienen reelección infinita. Es injusto, absolutamente. Pero cuando lo planteo parece que soy yo el malo de la película. Para mí es un tema cerrado".
Seguir en carrera
Mucho se habló de que el Lole le dirá adiós a la política. "Algunos plantearon que era la presidencia de la Nación o Cap Ferrat. Nada de eso. Tengo que estar acá hasta diciembre del 2003 tratando de entregarle la provincia al gobernador que venga en las mejores condiciones posibles, cosa que no me va a resultar fácil. En Santa Fe no hay demasiada disposición para entregar los mandatos, es lo que estoy viendo".
Sin Reutemann en carrera las internas para definir el futuro candidato a gobernador del justicialismo son un tema que mantiene a la política provincial en vilo. El gobernador dice que no tiene ningún "delfín" y abre las puertas para que salgan a jugar todos los que quieran: "Lo más lógico es que los que tienen ganas de participar lo hagan, sin ataduras. Hay muchos dirigentes que quieren tener su oportunidad. Si yo salgo a apoyar a alguien en particular estaría impidiendo que otros, que tienen aspiraciones legítimas, se vean impedidos de concretarlas. Los que quieran ser candidatos que junten adherentes y se larguen a disputar la Gobernación".
Cuando corta una comunicación telefónica con alguien que desesperadamente quería conversar con él, el Lole hace una pregunta sorpresiva: "¿Marcelo Bielsa está en el campo de su suegro? Tenía ganas de ir a visitarlo a Máximo Paz", suelta, y da a entender que tiene sintonía con el perfil del ex director técnico del seleccionado. Por algo se los sindica a ambos como "los hombres de la máscara de hierro".
La procesión va por dentro
Alguien le acerca La Capital y La Nación, se pone los lentes y no emite opinión alguna durante cinco minutos. Termina de leer un conceptuoso análisis de Fernán Saguier hacia su figura, suspira y se agarra la cabeza. Mira el reloj, toma unos papeles y se despide de su interlocutor: es hora de refugiarse en su campo de Llambi Campbell.
M.M.