"Salió Hortensia", voceaban varias mujeres en el ingreso del Cabildo de Córdoba. A pocos metros, el Negrazón y el Chaveta compartían un vino sentados a una mesa. Un anticipo de algo que late en los corazones cordobeses: el humor de la revista Hortensia. Y que sigue vivo porque resume cosas muy propias, muchas de las cuales se difundieron en todo el país justamente a través de esta publicación que hace treinta años empezó tímidamente a mostrarse para llegar en su apogeo hasta los lugares más recónditos.
Hortensia llegó ahora al Cabildo, después de más de diez años de no aparecer, para cubrir todas las paredes en una muestra gráfica y de homenaje de la ciudad a su creador, Alberto Pío Cognini. Pero la exposición no termina en la reproducción de más de quinientos chistes; la gente del Museo Genaro Pérez, a cargo de su organización, ha revivido además a algunos de los populares personajes en simpáticas escenografías.
En el primer número publicado en agosto de 1971, Cognini firmaba con el seudónimo "El Irresponsable" un editorial que planteaba no sólo las características que tendría desde entonces Hortensia, sino además lo poco pretencioso de la iniciativa: "La mayor virtud de los cordobeses, esa irrespetuosa afectividad; esas ganas de reírse de alguien y que se rían de él, apresuró este parto que se llama Hortensia. La legendaria Papa le presta su nombre a una revista con propósitos altamente indefinidos. Una publicación con vocación de fayuta, capaz de durar un solo número, no merece ninguna confianza de nadie -ni siquiera la nuestra- pero hay algo que nos consuela: ninguna revista sobrevivió demasiado tiempo en Córdoba".
Pero Hortensia sí lo hizo, y durante diecinueve años fue esperada quincenalmente por ávidos lectores. Su primera tirada fue de 2 mil números pero llegó a superar los 100 mil. Y hay más, también Hortensia fue receptora de las producciones de numerosos humoristas y se convirtió en una vidriera para ellos. Hasta el rosarino Roberto Fontanarrosa dio a conocer las aventuras de Inodoro y Boogie a través de las páginas de la revista.
Hortensia fue la única revista de humor del interior que superó las murallas porteñas y dio a conocer el popular humor cordobés. Quién no reconoce ahora, como propiamente cordobesas, las originales respuestas respuesta "no si vuá sé..." a las preguntas obvias, como preguntarle a un florista "vende flores" y el negro que reacciona con fastidio: "No, si vuá ser Miss Primavera".
La publicidad con humor
Una de las particularidades de Hortensia fue que hasta la publicidad estaba teñida de humor. Cognini impuso el criterio de tal manera que el propio staff elaboraba y acordaba con los anunciantes las propuestas.\Pero el declive de Hortensia fue inevitable y se relaciona directamente con prematura muerte de Cognini de un ataque cardíaco el 16 de junio de 1983, un año después que su mujer, quien había sido otra columna fundamental de la publicación. Crist, su compañero de ruta, lo recordó de una manera especial: "Alberto era así, desmesurado, un hincha, un entusiasta, un niño. Creía, como Salinger, que Córdoba y París eran limítrofes. El Sena se fundía en la Cañada, Nueva York era Nueva Córdoba, Londres un lugar cercano donde hacía revistas de humor para ver a través de la niebla. Buenos Aires un lugar donde se distribuía Hortensia, su sueño. Cognini era fellinesco, juntaba todo como en un circo y era a la vez el payaso y el maestro de ceremonias".