"En la semana los inspectores revisan algún que otro colectivo, pero los sábados y domingos no existen", aseguran los choferes de media y larga distancia de la Terminal de Omnibus Mariano Moreno. La veracidad de la denuncia fue constatada ayer por La Capital, ya que las oficinas donde funcionan la Subsecretaría de Transporte de la provincia y la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) -encargadas de hacer la inspección de los micros- estaban cerradas. Mientras tanto, los estudiantes que habían suspendido anteayer el viaje de egresados porque el colectivo no contaba con las reglas mínimas de seguridad partieron finalmente ayer hacia Bariloche. Y aunque los padres pudieron constatar que esta vez el vehículo estaba en regla, ningún inspector se acercó para dar el okey técnico.
"Esto es tierra de nadie, ni hablar los fines de semana", contó un chofer de larga distancia que pidió reserva de su nombre. La denuncia de este conductor se repite por lo bajo entre los choferes que parten diariamente de la terminal local: "Los colectivos de los tours de compras que salen a la madrugada desde las últimas plataformas están destrozados. Pero ya nadie se espanta", afirmaron.
Ya ningún chofer se sorprende si el coche -en el que tiene que viajar hasta más de 24 horas seguidas- no recibe el mantenimiento correspondiente. Es más, les llama la atención cuando sí se constata el estado del vehículo. "Mil veces tuvimos que salir con las cubiertas lisas, sin aire acondicionado o calefacción y hasta sin rueda de auxilio. Pero esto no es nada, también viajamos con el sistema de frenos gastados", aseguraron.
Los conductores son conscientes de que la vida de miles de pasajeros, y la de ellos mismos, se pone en riesgo con los vehículos en esas condiciones. "Pero es eso o no comer. Si denunciás algo, sabés que tenés la puerta abierta. Acá hay choferes que trabajan por el pancho y la gaseosa, la situación está muy difícil como para hablar", dijeron.
La Subsecretaría de Transporte de la provincia es la encargada de inspeccionar los choches que transitan los caminos provinciales, mientras que la CNRT tiene bajo su control los colectivos que circulan por rutas nacionales. Desde el sector de informes de la Terminal aseguraron que ambas oficinas trabajan de 8 a 12. Sin embargo, la mayoría de los consultados ayer por este diario comentaron que "a la tarde se dan algunas vueltas".
Los choferes fueron concretos: "Los inspectores provinciales no existen y los de la CNRT de vez en cuando aparecen". A lo que otro conductor agregó: "Cuando hay algún problema, como el de ayer (por anteayer, en relación al contingente que no quiso viajar por el estado del colectivo), vienen a hacer acto de presencia. Y lo hacen más que nada porque está el periodismo".
Tarde pero seguro
Los estudiantes de los colegios Pedro Cristiá y Las Heras tuvieron que esperar 24 horas para viajar hacia Bariloche, pero finalmente ayer se fueron. La postal que se vio ayer en la terminal era totalmente opuesta a la registrada el día anterior, cuando los padres decidieron que sus hijos no viajarían en un coche en malas condiciones.
"El colectivo era modelo 94, cuando el contrato decía que debían viajar en uno del 98 en adelante, no contaba con la documentación en regla, tenía las ruedas lisas y no alcanzaban los asientos", había sido el reclamo de los adultos.
El coche en el que finalmente partieron los estudiantes era "la antítesis" del anterior: modelo 2001, con 54 asientos, dos pisos, baño, bar y televisores. "Es la primera vez en los diez años que estamos operando en Rosario que un colectivo no puede salir por problemas técnicos", se defendió el gerente local de la empresa Río Estudiantil, Hugo Buffetti, quien se comprometió a cumplir con el contrato a rajatabla y a resarcir a los jóvenes con una excursión más.
"Estamos muy contentos, pero no nos olvidamos. Por eso nos llevamos copias del contrato para que la empresa cumpla con lo pactado", amenazaron los chicos. Salieron con todas las pilas, pero también muy atentos.