Año CXXXV
 Nº 49.535
Rosario,
miércoles  10 de
julio de 2002
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Bush prometió penas más severas para los empresarios que cometan fraude
Se creará una comisión especial para investigar las irregularidades financieras. Escepticismo en Wall Street

Nueva York. - El presidente George W. Bush prometió ayer que EEUU perseguirá con más fuerza y castigará con mayor severidad a los ejecutivos de empresas que cometan delitos fraudulentos, en un intento por tratar de restablecer la confianza de los inversores, quebrada por una serie de grandes escándalos corporativos. El mandatario propuso en Nueva York penas de entre cinco y diez años de cárcel para los altos ejecutivos que violen la ley. Además, anunció la creación de una comisión federal especial para perseguir los fraudes financieros cometidos por los directivos de empresas.
"Mi gobierno hará todo lo posible para poner fin a la era del trucaje de las cuentas, del maquillaje de la verdad y de los incumplimientos de la ley", declaró el presidente ante un grupo de empresarios y sólo a decenas de metros de la Bolsa de Nueva York, la primera plaza financiera mundial, que ayer volvió a caer. "Con un estricto cumplimiento de la ley y estándares éticos más altos, debemos entrar en una nueva era de integridad en las corporaciones de EEUU", declaró el presidente en un aguardado discurso pronunciado en Wall Street tras una avalancha de escándalos contables empresariales.

Crimen de cuello blanco
El presidente anunció la creación de una comisión financiera especializada en la lucha contra el crimen de "cuello blanco" y pidió al Congreso que actúe con celeridad para reforzar rápidamente los medios con que cuenta la Comisión de Operaciones Bursátiles (SEC), encargada de fiscalizar las transacciones en la Bolsa. La Comisión de Operaciones Bursátiles (SEC según sus siglas en inglés) fue creada en 1934 por votación del Congreso y bajo el impulso del presidente Franklin Roosevelt, para restaurar la confianza del público tras la crisis bursátil de 1929.
Los escándalos que sacuden al mundo de los negocios en EEUU, desde la espectacular quiebra del gigante de la energía Enron hasta las manipulaciones de miles de millones de dólares en la contabilidad del grupo de telecomunicaciones WorldCom, forzaron al gobierno de Bush a tomar la iniciativa, en momentos en que la oposición demócrata lo acusa de ser demasiado complaciente.
Los empresarios que cometan dolos se convertirán en blanco de una brigada financiera especial, la Fuerza de Tareas contra los Fraudes Corporativos (Corporate Fraud Task Force) encargada no solo de dar directivas en las investigaciones y las acusaciones, sino también de asegurar una mejor coordinación entre los diferentes servicios involucrados. El nuevo organismo será conducido por el vicesecretario de Justicia. "Engañar a los inversionistas es una falta seria, y el castigo debe responder a la dimensión del crimen", dijo Bush, que incluso pidió que se dupliquen las penas de prisión contra algunos tipos de fraude, para llevarlas a un máximo de 10 años.
El presidente también quiere dotar a la SEC de más medios para luchar contra los fraudes. "Si otros escándalos están escondidos en el mundo de los negocios estadounidense, debemos desenmascararlos y develarlos ahora, para que podamos restaurar la confianza de las personas y el impulso de nuestros mercados", sostuvo.
El mandatario republicano buscará que el Congreso libere "inmediatamente" los fondos necesarios para emplear a 100 nuevos agentes por parte de la SEC, y recordó que hizo este pedido "hace cuatro meses". En total, según la Casa Blanca, estas medidas deberían representar un aumento de 20% (100 millones de dólares) del presupuesto 2003 de la SEC. Bush también manifestó su conformidad con una serie de medidas ya anunciadas por las plazas financieras estadounidenses para mejorar la conducción de las empresas y proteger a los accionistas.

Menos palabras, más acción
Los expertos de Wall Street elogiaron la dura respuesta de Bush a las irregularidades empresariales, pero dijeron que las palabras fuertes por sí mismas no alcanzarían para mitigar la profunda desconfianza de los inversores. Ayer Wall Street cayó un 1,93% por la indefinición. "Si realmente viéramos que algunas personas van a prisión por estos escándalos, eso sería algo", dijo Bev Hendry, gerente de cartera de la firma Phoenix-Aberdeen. "Necesitamos más acción, menos palabras. Se necesitará mucho tiempo para poner estas cosas en práctica", agregó Hendry. (AFP, Reuters y Télam)



Wall Street volvió a caer pese al mensaje de Bush.
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