La subsidiaria de Coca Cola, Embotelladora del Atlántico SA (Edasa), sigue achicándose. Al despido de 120 trabajadores, concretados después de que se definiera el cierre de la planta rosarina, se sumaron ahora otras 20 personas que cumplían funciones administrativas y de venta. Así en sólo 10 días, la empresa redujo su personal casi a la mitad y algunos creen que todavía se pueden producir nuevos ajustes laborales. Los obreros echados que aún no acordaron su retiro con la firma se reunirán hoy, a las 9, en la planta de Casilda al 7300.
Entre el viernes y anteayer, otros 20 empleados de Edasa recibieron un telegrama donde se les comunicaba que estaban "relevados de prestar tareas". Esta vez los afectados fueron los encargados de supervisión y empleados administrativos y de venta. Y algunos piensan que la política de ajuste implementada por Edasa todavía no llegó a su fin.
"En mi opinión, creo que va a quedar más gente afuera. No sé si será de un día para el otro, pero va a haber más gente en la calle", aseguró Carlos García, delegado gremial de la planta embotelladora y trabajador de la firma desde hacía 10 años.
La sospecha de García se basa en datos concretos. "Ya empezaron a implementar un sistema de ventas a un número 0800, que se concretan en forma directa, y son los mismos fleteros con sus asistentes los encargados de armar los pedidos", contó y recordó que "cuando se empezaron a escuchar rumores del cierre de la planta al principio nadie los atendió".
Si bien las autoridades de la empresa guardaron un hermético silencio respecto a este tema, los empleados aseguran que la política de la firma es la de concentrar la producción en su planta cordobesa, mientras que las de Rosario y Mendoza quedarán convertidas en "simples depósitos de mercadería", con una estructura operativa "reducida a lo mínimo indispensable".
Lo cierto es que, en menos de una semana, Embotelladora del Atlántico redujo su personal a la mitad. De los casi 300 trabajadores que tenía la firma, ya fueron despedidos 140. El ajuste comenzó por quienes cumplían funciones en la planta de agua, el laboratorio y las secciones de embotellado, soplado de botellas y mantenimiento del establecimiento. Y entre el viernes y el lunes fue el turno de los supervisores de distintos sectores y un grupo de empleados administrativos y de venta.
Doble indemnización
Después de algunas idas y venidas, la empresa y el Sindicato Unido de Trabajadores de la Industria de Aguas Gaseosas (Sutiaga) acordaron el pago del 200 por ciento de la indemnización por despido, de acuerdo al decreto de emergencia laboral firmado por Eduardo Duhalde que elevó al doble el pago de cesantías.
El acuerdo marco ya fue homologado en la Secretaría de Trabajo de la provincia y fue refrendado por más de la mitad de los trabajadores despedidos. Como el pacto implica que los empleados acepten un retiro voluntario, el acta obliga además a que Edasa se haga cargo de cubrir el importe correspondiente al seguro de desempleo, junto al retiro voluntario, en un sólo pago y en efectivo.
El punto que sostienen quienes resisten todavía la firma del acuerdo es que estas remuneraciones figuran bajo el ítem de una "gratificación extraordinaria" que frenaría cualquier reclamo legal que los obreros quisieran iniciar después por algún tipo de servicio que la empresa les adeude.
"Es una trampa", denunció García, pero al mismo tiempo reconoció que la mayoría se mostró dispuesta a aceptar el acuerdo en estos términos. Los trabajadores que aún no firmaron se reunirán hoy, a partir de las 9, en los galpones de Casilda al 7300.