Ronnie Biggs, uno de los protagonistas del "robo del siglo", el millonario asalto al tren del correo británico en 1963, se casará en una cárcel inglesa hoy con la mujer con quien hace 27 años tuvo un hijo, dijo un integrante de su familia. La ceremonia se realizará en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, en Londres, donde el ladrón, de 72 años, cumple una condena de 30 años por su responsabilidad en el robo de 1963, uno de los hechos policiales más notorios de la historia de Gran Bretaña.
La novia es Raimunda Rothen, de 54 años, quien estaba "extremadamente preocupada" por la salud de Biggs, que está hemipléjico, tras cuatro ataques cardíacos.
La precaria salud de Biggs, quien está en peligro de muerte, hizo que Raimunda aceptara casarse con el ladrón luego de la cuarta propuesta matrimonial de éste.
Biggs se encuentra en Gran Bretaña desde mayo de 2001, luego de entregarse a las autoridades tras más de tres décadas de haber estado prófugo. Raimunda Rothen lo visitó varias veces en la cárcel.
Fuga al Brasil
Biggs fue parte de la banda que asaltó el tren nocturno Glasgow-Londres en agosto de 1963, llevándose 2.600.000 libras esterlinas en efectivo, equivalentes hoy a unos 50 millones de libras esterlinas (unos 76 millones de dólares). Biggs fue detenido y encarcelado, pero escapó 15 meses después y se fugó a Brasil.
El ladrón conoció a Raimunda en Río de Janeiro, pero luego ella se fue a vivir a Suiza. Raimunda Rothen es la madre del hijo de Biggs, Michael, de 27 años, que mañana participará de la ceremonia de casamiento junto a un puñado de invitados.
La banda fue detenida en enero de 1964. Tras ser procesado y condenado a treinta años de cárcel, Biggs fue encarcelado en la penitenciaría de Wandsworth (Londres), de donde se fugó 15 meses más tarde.
De ahí, Biggs huyó a París, donde se sometió a cirugía plástica, y con un pasaporte falso viajó a Australia, hasta que se descubrió su verdadera identidad allá por 1970.
El prófugo consiguió, una vez más, burlar a la policía y tomó un barco que lo llevó a Panamá y de ahí atravesó la jungla hasta Argentina y Bolivia para llegar a Río de Janeiro, donde en 1974 fue descubierto por un periodista británico que reveló su paradero a Scotland Yard.
El detective Slipper viajó a Brasil para traerse a Biggs. Pero, otra vez, la suerte estuvo de parte del ladrón. Biggs fue salvado de la extradición por su recién nacido hijo, Michael, que tuvo con la bailarina brasileña Raimunda Rothen. (AFP)