El Banco de Pagos Internacionales (BIS) de Basilea pronosticó que la crisis argentina podría dificultar la emisión de los títulos de otros países emergentes debido a las cuantiosas pérdidas sufridas por los pequeños ahorristas de diferentes países, por unos 20.000 millones de dólares que estaban colocados en bonos.
En un informe elaborado por el organismo que agrupa a los bancos centrales de cada país, el organismo señala que "el default argentino fue uno de los tres grandes shocks que la economía mundial sufrió en los últimos meses junto al ataque terrorista a Estados Unidos del 11 de septiembre y al caso Enron", según consignan agencias internacionales.
Por otra parte, el BIS sostiene que los cambios legislativos introducidos por el gobierno argentino en los últimos tiempos fueron "claramente discriminatorios para los acreedores" y por lo tanto "deberá pasar cierto tiempo antes de que pueda restablecerse un adecuado nivel de confianza" hacia el país.
"Con el paso del tiempo -precisó el informe- los bancos internacionales podrían mostrarse más cautos a la hora de realizar nuevas operaciones en las economías de mercado emergentes cuyos sistemas político, legal y judicial no se consideran fiables".
En el frente del contagio, los expertos del BIS afirmaron que las inversiones extranjeras directas en los países emergentes podrían verse afectadas precisamente "por las grandes pérdidas a las que se enfrentan las empresas extranjeras con grandes inversiones en Argentina".
Pese a este pesimismo de fondo, el documento publicado en Basilea señala dos hechos positivos que podrían contener las repercusiones del default argentino en los mercados financieros internacionales, o sea "los indicios del desacople de otros mercados de América latina respecto de la Argentina" y la ausencia de cualquier signo de "contagio de los depósitos en otros mercados emergentes". "De todos modos -aclaró el documento- a nivel internacional, tanto la crisis de Turquía como la de Argentina han sido consideradas acontecimientos en gran medida internos y su contagio al resto de los mercados ha sido hasta ahora débil".
El BIS estima por otro lado que ambas crisis tuvieron "costos muy elevados" y su problema fundamental ha sido el de "las cuentas públicas".
Un caso inextricable
"El caso de la Argentina fue sin embargo mucho más inextricable, dado el alto grado de dolarización, el volumen de la deuda no pagada y los conflictos entre las diferentes estructuras del gobierno", que al mismo tiempo "intervino en el sistema bancario de manera errática y perturbadora, hecho que llevó al sistema de pagos y a la economía al borde del desastre".
Refiriéndose a los "cambios legislativos" aplicados por el gobierno argentino en los últimos meses, el BIS señala que pese a "las enmiendas aprobadas en mayo de 2002, la incertidumbre creada había minado seriamente la confianza".
El documento traza por otra parte un paralelo entre los trucos contables en el grupo norteamericano Enron y el default argentino, que estallaron "sin la masiva intervención del sector público".