Andrés Abramowski / La Capital
La comisión encargada de resolver el conflicto municipal en Capitán Bermúdez arribó a un principio de acuerdo por el cual el próximo viernes entrarían a trabajar los agentes que aún se mantienen de paro. Si bien la última reunión se desarrolló -así dicen- en buenos términos, resta limar algunas asperezas que se empezarán a conversar mañana en Santa Fe. La novedad trae algo de calma, cuando nuevos hechos de violencia hicieron temer por la precaria estabilidad que había logrado el llamado a elecciones para septiembre. No obstante, no hay que olvidar que en Capitán Bermúdez el dicho popular "siempre que llovió, paró" también puede significar "siempre que hubo acuerdo, se rompió". Comenzada la noche de ayer en Rosario se desarrolló una nueva reunión de la comisión conformada por la Cámara baja de la provincia para buscar una solución a este conflicto que lleva más de dos años. Los diputados justicialistas Carlos Bermúdez y Pedro Giardino y los radicales Angel D'Ambrosio y Eduardo Galaretto se encontraron con el dirigente de la Festram Juan Manuel Ocampo, en representación del gremio municipal, y el intendente interino radical Fabián Varela. El funcionario ausente fue el subsecretario de Municipios de la provincia, Ricardo Spinozzi, quien será interiorizado de los avances del diálogo en la reunión de mañana. "Hubo un acuerdo global, pero faltan trabajar algunas cosas en lo que queda de la semana. El diálogo fue muy bueno y, según se convino, el viernes entrarían a trabajar todos los empleados. Además, hay un compromiso de pago por parte de la Intendencia, lo cual serviría traer un poco de calma al panorama", reseñó el diputado Bermúdez. Entre las cosas que quedan para trabajar en la semana figura el punto central de la discordia: el futuro de los sumarios administrativos iniciados a cinco agentes municipales, en su mayoría altos dirigentes del sindicato enfrentado con el intendente -hay otra agrupación, de reciente formación, que resolvió volver al trabajo meses atrás-. Según confirmó Bermúdez, los sumarios continuarán, pero esos cinco empleados entrarán a trabajar igual. "Faltan limar algunas cuestiones formales, para evitar roces, pero todas las partes dieron muestras de buena voluntad", agregó el legislador. Aunque no dio demasiadas precisiones acerca de los roces, lo que restaría ultimar serían los detalles referentes al ingreso de los sumariados. Este es, en realidad, el verdadero punto de enfrentamiento: amparado en los sumarios, el Ejecutivo pretende -o tal vez pretendía- que esos agentes sean suspendidos por noventa días, algo así como un viaje de ida hacia la exoneración. Demasiado como para que fuera aceptado por los municipales díscolos, quienes amenazaron, Festram mediante, con defender esos puestos con medidas de fuerza en toda la provincia. Y entonces, esto también sería demasiado como para ser aceptado -justo esta semana- por el poder político provincial. Lo cierto es que estos detalles por limar dan cuenta de algo ante lo cual el conflicto bermudense, cerrado y con una lógica propia difícil de aplicar en otro lado, aún no se había topado del todo: la coyuntura política y social del país, y la presidenciabilidad del gobernador Carlos Reutemann. Esto abre las puertas de un forzoso entendimiento entre las partes, que tal vez estén reconociendo que deben ceder porque este diálogo de sordos de más de dos años ya no puede seguir haciendo tanto ruido. Otro dato a tener en cuenta es la viabilidad del cronograma electoral bermudense, habida cuenta de la intención del Lole de revalidar todos los cargos en la provincia. Quizás la redefinición del proceso eleccionario en esta ciudad esté sobrevolando el marco de asperezas que restan por limar. Esto explicaría el hermetismo de Varela, quien al término de la reunión se limitó a decir que el acuerdo "es global, falta definir la forma; en principio se levantaría la medida de fuerza y estamos dispuestos a seguir hablando en buenos términos". Y prometió una conferencia de prensa cuando el acuerdo esté cerrado. Y bueno sería, más allá de la foto, que se pudiera cerrar un acuerdo definitivo en esta ciudad, que sumó a las penurias derivadas de la crisis nacional su propio culebrón de cabotaje, en el que sólo habría que agradecer a sus guionistas que nadie haya perdido la vida. Pero nada está dicho en Bermúdez hasta el pitazo final. "Soy nuevo en esto -reconoció el diputado Bermúdez desde su inesperado papel en el reparto de la novela- y dicen que todos los acuerdos a los que se llegó se terminaron rompiendo. Pero esperemos que esta vez salga bien porque, más allá de los intereses políticos que intervienen en este conflicto, hay familias enteras pasando hambre".
| El diputado Carlos Bermúdez se mostró optimista. | | Ampliar Foto | | |
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