La Fundación Capital aseguró ayer que la estabilización de las cuentas públicas "requiere medidas de fondo" por parte de la gestión de Eduardo Duhalde ya que la "fragilidad estructural" de las finanzas del Estado "permanece latente".
"Luego de un primer trimestre con fuerte desequilibrio de las cuentas públicas (2.500 millones de pesos), el segundo comenzó a mostrar una reducción en el desbalance", señaló la entidad en su informe semanal.
Agregó que ello se explica, primero, por un menor desequilibrio de las cuentas públicas en el segundo trimestre, y segundo, porque la caída de la recaudación fue compensada por la merma del gasto primario.
Sin embargo, advierte que este "veranito" no puede significar la posibilidad de relajar el estricto control fiscal. Por el contrario, enfatiza que "para evitar un escenario crítico se deben dar señales contundentes" respecto de la voluntad del gobierno de encontrar un ancla para las cuentas públicas.
No a la indexación
El trabajo de la fundación que conduce el economista Martín Redrado asegura que "llegado el caso que se decidiera indexar el gasto público, el Estado nacional seguramente tendría que recurrir al financiamiento a través de emisión monetaria debido a la inexistencia de alternativas".
"El efecto -dijo- sobre las expectativas de tipo de cambio e inflación, de una situación como esta sería sumamente negativo".
El informe manifestó que "el congelamiento del gasto público primario hasta tanto se alcance el equilibrio fiscal podría ser una señal" de responsabilidad fiscal frente a la comunidad financiera.
En ese sentido, no se muestra de acuerdo con la posibilidad de trasladar el aumento de 100 pesos otorgado al sector privado, a los trabajadores públicos. Tampoco está de acuerdo con la suba de las jubilaciones.
Fin al goteo
Por otro lado, recomendó "mayores restricciones" al goteo del corralito, de modo de "frenar el drenaje de depósitos desde el sistema financiero".
La FC sostuvo que "ambas señales son antipáticas para la población pero no hay que perder de vista las consecuencias negativas de una hiperinflación sobre los indicadores sociales".
"No hay que dejar de tener en cuenta que el veranito que disfruta (la Argentina) en la relación con los organismos multilaterales, puede ser efímero", explicó.
La entidad manifestó que "terminar en un default con el FMI, debido al desborde fiscal y/o financiero, nos alejaría de la posibilidad de estabilizar la economía, condición sine qua non para abrir expectativas de crecimiento económico, menor desempleo e inflación".