El seleccionado santafesino viajó a Concepción del Uruguay consciente de que su participación en el Campeonato Argentino de básquetbol estaba muy lejos de ser una excursión. La conformación del fixture del torneo determinó que los dirigidos por Alejandro Cupulutti tuvieran que compartir la zona con Córdoba (el gran candidato al título), Buenos Aires y Río Negro, tres equipos contra los que debían luchar los santafesinos si pretendían tener chances de ingresar en la fase decisiva de la competencia.
Sin embargo, y aunque en los cálculos previos las posibilidades de llegar a Paraná eran bastante complejas, con el correr de los partidos Santa Fe se fue erigiendo en uno de los equipos que mejor impresión dejaba en el rectángulo de juego.
En la ronda clasificatoria, Santa Fe se mostró como un plantel comprometido y con un importante espíritu de lucha. El equipo asumió el compromiso con una agresividad defensiva y cuando conseguía la pelota salía rápido de contragolpe. Adelante se movió muy bien, con un triple poste para meter la pelota bajo el tablero y desde allí administrar las ventajas.
Las complicaciones para Santa Fe llegaron en el partido con Buenos Aires. La lesión de Diego Ciorciari en el partido con Provincia le impidió a Cupulutti poder contar con el base ante los entrerrianos y encima el escolta Mariano Ceruti no llegó en sus mejores condiciones físicas al cotejo con los locales. A pesar de todo, el papel fue digno, sobre todo en el primer tiempo, cuando además tuvo que jugar contra las equivocadas decisiones de Raúl Chávez.
Pese a la derrota con Entre Ríos, Santa Fe confirmó que quería mantener en alto su historia y aunque tuvo que trabajar más de la cuenta, en su último partido (donde tampoco jugó Ceruti) superó a La Pampa y se dio el gusto de ocupar el podio.
Antes del torneo no eran muchos los que apostaban por los dirigidos por Cupulutti, sin embargo el compromiso del plantel y las ganas de dejar bien sentado el prestigio de la provincia le permitieron hacer una interesante campaña que los depositó en el tercer lugar y que dejó flotando la duda de qué hubiera pasado si Ciorciari y Ceruti no hubieran sufrido inconvenientes físicos.
El título fue para Entre Ríos, que ganó invicto el torneo, tuvo una ofensiva demoledora y contó con el jugador más valioso (MVP), Leopoldo Ruiz Moreno. Claro que para salir campeón no sólo hay que tener individualidades, ya que también Paolo Quinteros y Daniel Farabello aportaron lo suyo y el equipo funcionó como tal.
Y también los entrerrianos contaron con otros valores como el juvenil Damián Tintorelli, el oficio de Claudio Farabello y los que vinieron desde el banco, como Eduardo Villares, Manuel Muguruza y Raimundo Legaria.
| |
La Ciudad
