Michael Schumacher y su Ferrari no necesitaron de ninguna ayuda extra por parte de su equipo para lograr ayer la victoria en el Gran Premio de Inglaterra, en la décima prueba del campeonato del mundo de Fórmula 1. Como en todas las ocasiones en que las condiciones son delicadas y que la lluvia forma parte del decorado, el campeón del mundo hizo prueba de su maestría imponiéndose delante de su compañero de escudería, el piloto brasileño Rubens Barrichello, y del colombiano Juan Pablo Montoya (Williams-BMW). Schumacher (y todo el equipo Ferrari), en su mejor actuación de la temporada, empleó un tiempo de 1h 31m 45s 015/1000 a un promedio de 201,649 kilómetros por hora, quedando detrás en un nuevo 1-2 Barrichello, a 14s 578/1000, y luego Montoya a 31s 661/1000. En el podio, Michael Schumacher había recuperado la sonrisa, su alegría de los grandes días. Como antes del Gran Premio de Austria de Fórmula 1. Sin duda, en el fondo, el cuádruple campeón del mundo tenía el sentimiento de haber hecho callar a sus detractores, a todos aquellos que le criticaron (con razón) el haber sacado provecho de las órdenes del equipo italiano en el trazado de Spielberg. La carrera tuvo distintas alternativas desde el mismo momento de la vuelta previa, cuando Barrichello se quedó detenido en la grilla por lo que, superado posteriormente un inconveniente mecánico, debió largar desde la última fila. El brasileño, tras realizar también al igual que Schumy una gran carrera al llegar en segundo lugar, indicó que la falla original fue en la caja de cambios, que se quedó trabada en la primera marcha. Montoya se mostró en la punta en los primeros tramos, seguido por Michael Schumacher y su hermano Ralf (Williams BMW), mientras Barrichello comenzaba a escalar posiciones. El liderazgo del colombiano duró hasta el giro 16º, cuando Schumacher lo superó en gran maniobra bajo una leve llovizna, luego de haber entrado a boxes para cambiar el tipo de neumáticos. Con Schumacher en la vanguardia y una lluvia más intensa, Montoya continuó escoltando al alemán asediado por Barrichello, que siguió avanzando. Vueltas más tarde y tras el desplazamiento de Montoya por parte de Barrichello, se produjo una segunda entrada estratégica a boxes por ambos pilotos de Ferrari, que les permitió cambiar nuevos compuestos y volver a la pista haciendo el 1-2. Los hombres liderados por Jean Todt cumplieron a la perfección sus tareas en las paradas, y con prontitud les aportaron su colaboración a los pilotos que se mostraban en la punta bajo la lluvia. Sin duda, el rendimiento de las cubiertas Bridgestone de Ferrari impuso superioridad sobre las Michelin de Williams, e hicieron diferencias que se incrementaron aún más tras la tercera parada en boxes. Schumacher logró su segundo triunfo en Silverstone, ya que el anterior había sido en la temporada 1998, y con ello sumó su victoria número 60 en el historial. Lo demostrado ayer y los 54 puntos que tiene de ventaja en el campeonato cuando restan 70 por disputarse, muestran al número 1 de Ferrari como virtual campeón, lo que lo llevará a equiparar al inolvidable argentino Juan Manuel Fangio en la obtención de cinco títulos mundiales. Barrichello, por su parte, demostró sus grandes condiciones conductivas que llevaron a Ferrari a renovar su contrato. Una vez más, en este caso Silverstone, se cubrió totalmente de rojo, mientras la lluvia seguía bendiciendo a Ferrari. (Télam-DYN)
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