A pesar de la crisis que azota a la Argentina, en Rosario y la región hay sectores que comenzaron a evidenciar una notable reactivación. Y uno de ellos es la industria frigorífica. Favorecido por la devaluación, la eliminación de un rebrote de fiebre aftosa y la ampliación de la cuota Hilton (cantidad de carne de alta calidad que se exporta a la Unión Europea), el sector está cambiando una realidad que, hasta hace un año, era muy negativa. En esta ciudad, en lo que va de 2002 se recuperaron casi 500 puestos laborales y en los próximos días otros 100 empleados conseguirán trabajo, cuando el frigorífico La Tropa reabra sus puertas. En Maciel, en tanto, también buscan levantar las persianas y en Santa Isabel quieren crear una cooperativa. Hoy ya son cerca de 5 mil las personas que trabajan en los 14 frigoríficos de la región.
Cuando en febrero de este año la Unión Europea (UE) consideró que Argentina había superado el rebrote de fiebre aftosa que paralizó las exportaciones de carne, los ganaderos suspiraron aliviados. Y su estado de ánimo mejoró aún más cuando los 15 países que integran esa unión comercial decidieron aumentar la cuota Hilton. Se denomina así a un cupo anual de 28 mil toneladas de carne de alta calidad que el país exporta desde el 1º de julio al 30 de junio del año siguiente. Y este en particular, la UE incrementó la cuota en 10 mil toneladas.
De ese modo, los frigoríficos aspiran a recomponerse tras el duro golpe que significó el año pasado la detección de un rebrote de fiebre aftosa que había generado una caída del 60 por ciento en la exportación de carne argentina.
Ahora, y gracias la inclusión de estas 10 mil toneladas extra en la cuota de exportación, los operadores privados prevén un ingreso cercano a los 40 millones de dólares por este concepto.
Según los datos suministrados por los sindicatos de la carne de Rosario y Venado Tuerto, en toda la región trabajan en frigoríficos e industrias vinculadas cerca de 5 mil personas.
Y entre estas firmas, la que más mano de obra genera es el frigorífico Swift, ubicado en la zona sur de Rosario. El gerente de relaciones institucionales de esa empresa, Alejandro Faiad, detalló a La Capital que desde octubre a la fecha, el frigorífico "reincorporó a 247 operarios que habían sido despedidos". Es más, la firma multinacional también sumó en los últimos meses a 200 nuevos empleados, con lo que la planta ya alberga a 1.900 trabajadores.
Más mano de obra
Otro de los frigoríficos tomadores de mano de obra es Carnes Carcarañá, ubicado en la ciudad homónima. Esa planta incorporó la semana pasada 40 empleados y se prevé que sumará más personal en poco tiempo.
En Casilda, en tanto, el frigorífico Rafaela Alimentos también comenzó a reactivarse. Debacle por fiebre aftosa mediante, la firma había suspendido a todo su personal, pero hoy ya hay unos 200 empleados que fueron reincorporados.
Lo mismo sucede en Venado Tuerto con la Compañía Elaboradora de Productos Alimenticios (Cepa). Allí son cerca de 400 los trabajadores que recuperaron sus empleos. En la sede de la obra social del Sindicato de la Carne de esa ciudad, se reciben cada 15 días "al menos 20 nuevas incorporaciones", tal cual lo reveló una empleada a este diario. Se trata en su mayoría de nuevos trabajadores de los frigoríficos Cepa y Argentine Brithers, este último ubicado en la localidad de Hughes.
En Puerto General San Martín, la empresa de José Mattievich emplea a 110 operarios y junto a la Asociación Carne Hereford hay otras 90 personas que completan la cadena de producción. La reactivación se produjo este año, cuando la planta incursionó en la fase exportadora con 300 toneladas de las 38 mil que tiene la Argentina dentro de la cuota Hilton.
Mattievich tiene además en carpeta un proyecto ambicioso. "En 60 días más, tenemos al frigorífico La Tropa (de Rosario) con las puertas abiertas y la incorporación de unas 100 personas para el armado de cortes de exportación", anunció.
La estrategia del empresario apunta a ganar mercados en Chile y Brasil, buscando mejores aranceles dentro de los convenios del Mercosur.
A esta reapertura se sumaría el posible regreso a la actividad del frigorífico de Maciel y la creación de una cooperativa en Santa Isabel.
En Andino, en tanto, el frigorífico Finlar, propiedad de Oscar Larrauri, da trabajo a 142 empleados.
Donde los vientos no parecen traer reactivación es en Empalme Villa Constitución. Allí, el frigorífico homónimo vende casi toda su producción a supermercados de la zona, por lo que arrastrado por una merma en la venta de estos grandes comercios, comenzó a tener inconvenientes.
Por estas horas, la firma le presentó al sindicato un plan para suspender personal hasta tanto cambie esta adversa realidad.
Mientras tanto, el común denominador en la región parece ser otro. Hoy ya son más de mil los empleos recuperados y tres nuevas empresas están en vías de abrirse. Una buena noticia en tiempos de crisis.