| | El frío y la indigencia se cobraron una nueva vida
| La madrugada de ayer se presentó muy fría para José Augusto Herrera, un discapacitado motriz de 48 años. Por eso, en su humilde casa de Chubut al 800, en Puerto General San Martín, el hombre no tuvo otra alternativa que recurrir a un precario brasero de lata que encendió junto a su camastro para tratar de mitigar la baja temperatura. Pero una vez que se durmió, una ráfaga de viento hizo que las llamas del brasero alcanzaran las cobijas que cubrían a Herrera y se declarara un principio de incendio. Como consecuencia de ello y de su imposibilidad de moverse con facilidad, el hombre no pudo pedir auxilio y sufrió gravísimas quemaduras que le provocaron la muerte por asfixia. Cuando los bomberos arribaron al lugar nada pudieron hacer para salvar la vida de Herrera.
| |
|
|
|
|
Diario La Capital todos los derechos reservados
|
|
|