Vicente Petisce / La Capital
La crisis desatada en nuestro país afectó -como no podía ser de otra manera-, a la actividad hípica. Es por ello que muchos profesionales emigran hacia el exterior en busca de nuevos horizontes. Uno de los que tomó la determinación de probar suerte en el turf del primer mundo es el jockey rosarino Ariel Palacios, quien se encuentra desde hace tiempo radicado en Italia, más precisamente en Bolgheri. Palacios regresó a la Argentina para solucionar unos trámites personales y además aprovechó la oportunidad para pasar unos días junto a los suyos, como para no extrañar demasiado. De paso por Rosario, se prestó amablemente a la requisitoria de Ovación. -¿Cómo tomaste este nueva experiencia? -Es distinta a lo que estaba acostumbrado. Son desarrollos muy lentos a comparación de los argentinos, tal es así que las pistas no tienen palos demarcatorios, son carreras técnicas, los jockeys tienen..tienen hasta el ingreso al derecho y luego los ponen a correr, no es como acá que vamos regulando un tren de carrera. Los hipódromos son chicos, pero se llenan, ingresan 80 o 90 mil personas como si nada. Hasta la información de turf es completa. Todas las mañanas sale un journal sport, como si fuera la revista Palermo nuestra, y en dos horas prácticamente se agota. Los aficionados juegan mucho, son muy fanáticos. Hay una apuesta que se denomina "atris", que consiste en acertar los cuatro caballos del marcador (como si fuera una cuatrifecta). Además lo complementan con las carreras de trote. -Cómo llegó esta posibilidad de correr en Italia? -Por intermedio del entrenador Guillermo Frenkel Santillán, para quien yo corro en Buenos Aires. Con él se comunicó Juan Udaondo que hace tiempo está cuidando en Italia, quien le pidió al Bebe que le recomendara un jinete argentino. Frenkel me lo propuso y acepté. -¿Se ejercita a los caballos de la misma manera? ¿Notaste algún cambio? -Sí. El cambio es bastante grande, ya que cuidan de otra manera, tienden mucho, no trabajan fuerte. No hay partidas, y en carrera los desarrollos son distintos a los nuestros. Pero tengo una ventaja al montar para un trainer argentino. Udaondo sigue "cuidando" a la manera nuestra, no cambió en nada. -¿Cuál es la mejor técnica, la nuestra o la de ellos? -Hay caballos que asimilaron bien el trabajo "a la argentina", ya que en lo que va del año, corrieron 18 o 19 y ganaron 8, es decir casi un 50 por ciento y eso sirve. Pero hay otros caballos que son tipo yegüitas que los tenés que varear al estilo europeo. Después, la técnica que usan ellos depende mucho de las pistas donde corren. Hay algunas que tienen pendientes, por eso los desarrollos son tan lentos, para poder llegar con fuerza en el final. A los ejemplares los trabajan poco en velocidad, tienden mucho, ya que las distancias de las carreras son de 1.500 metros para arriba. Se corren muy pocas carreras de 1.000 o 1.200. Correr en 2.800 metros es muy normal, es como correr acá en la milla. -¿Qué diferencia encontraste con el caballo argentino? -En comparación con el nuestro, el europeo es mucho más fuerte, desciende de sangre irlandesa, son caballos percherones y más veloces. Por ahí, Udaondo me dice que lo compare con un perdedor nuestro de 3 años, que acá (por Argentina) puede entrar 3º o 4º y allá como máximo puede llegar 7º. La muestra fue la de El Sembrador cuando fue a correr "El Arco de Triunfo" a Francia y no figuró. -Continuaste el camino de otros colegas argentinos -Sí, están Jorge Caro, en Milán -a quien le va muy bien- y Eduardo Tasende. Allá se trabaja de otra manera, prácticamente estamos en el haras. Los jockeys se manejan distinto, le corren a un stud, a una "escudería", casi todos los cuidadores tienen como mínimo entre 15 o 20 caballos y cada jinete respeta mucho a cada "escudería". En mi caso estoy como segunda monta y tengo poco tiempo para salir a correr a otros hipódromos. Sin embargo me han ofrecido para montar a otros, pero no tenía el permiso y tuve que desecharlo. -Por ser un jockey extranjero, ¿existen celos profesionales? -No tuve problemas, desde el primer momento se brindaron, en ningún momento me hicieron sentir inferior. -Se extraña estar lejos de los afectos -La verdad que sí. Pero también hay que pensar en el futuro -¿Se comenta en el exterior lo que ocurre con nuestro país? -Están al tanto y bastante molestos por el tema de la deuda externa. Estamos mal mirados los argentinos. Decimos que somos argentinos y ya nos miran mal. -¿Qué perspectivas tenés de cara al futuro? -Por el momento me quedaré en el haras, e incluso Udaondo me dijo que cuando solucione el tema de la patente, iremos a correr a otros hipódromos y aprovecharé para hacerme conocer, como hace el jockey número uno de la casa.
| |