Una vez que debutan en primera los jugadores comienzan a adquirir cierta fama. El hecho de tener cierta trascendencia en los medios oficia de atracción. Por eso chicos y, sobre todo, chicas se acercan para tratar de conseguir una foto o autógrafo. A algunos les gusta y otros se sonrojan. "A mí nadie me pide autógrafos. A Nico sí", sostiene el Loco tirándole la pelota a su compañero de nota y tratando de sacarse la presión de encima, como si fuera la marca pegajosa de algún defensor. Mientras Saucedo pega un salto y responde al instante a la afirmación de su compañero. "No, para nada. Si a mí nadie me conoce", retruca con cierta picardía.
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