La crisis y la falta de empleo contribuyeron a que muchos rosarinos busquen oficios alternativos. En general, tienen dos motivaciones básicas: la idea de conseguir un trabajo rápido, más o menos seguro y por cuenta propia, o la posibilidad de irse del país con habilidades adquiridas en alguna actividad que genere demanda. Desde hace algunos meses, el perfil de los alumnos de cursos como peluquería, mecánica del automotor, electricidad o plomería, cambió radicalmente. Estudiantes secundarios y terciarios avanzados buscan esta salida antes privativa de quienes a duras penas habían logrado culminar la vieja escuela primaria. Una recorrida de La Capital comprobó esta situación en distintas instituciones públicas y privadas. La idea de capacitarse en algún oficio se debe hoy fundamentalmente a una necesidad y no a un hobby, aunque las realidades son diferentes en cuanto se trate de colegios públicos o privados. El gobierno provincial cuenta con una serie de institutos de este tipo, llamados Centros Educativos de Capacitación Laboral para Adultos (Cecla). "A nosotros nos cambió la población escolar muchísimo", expresó la directora del Cecla Nº15 que funciona en el Sindicato de la Carne (avenida Lucero 463 bis), Orieta Barbato. En este sentido, dijo que concurre "gente sin empleo, universitaria y muchos secundarios". En algunos casos lo hacen simplemente para mantenerse ocupados, pero la mayoría intenta conseguir un trabajo. Se trata de quienes antes contaban con él, personas que perdieron una posición social medianamente acomodada y demuestran un avanzado nivel de preparación. El cambio poblacional comenzó el año pasado y "ahora se acentuó muchísimo", dijo. En la actualidad, concurren "maestras y profesores de idiomas, y hasta algunos estudiantes de medicina o abogacía, quienes, en general, prueban suerte en computación", agregó. El Cecla dicta carreras como las de operador de PC, instalaciones eléctricas domiciliarias, mecánica y electricidad del automotor, peluquería, técnicas administrativas, soldadura y dibujo, entre otras. En general, a ese centro educativo solían acudir alumnos que no querían continuar el secundario. En cambio, actualmente estos asistentes ocupan el 40 por ciento de la matrícula. No obstante, también acuden quienes a pesar de tener trabajo les es imperioso reunir un ingreso superior. "Tenemos a dos efectivos de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) y a una mujer policía", continuó la directora. Respecto de la gente que quiere abandonar el país, algunos se decidieron por aprender soldadura. "La mayoría lo hace obligado y sin una mínima vocación. En ciertos casos, la gente se dedica a estudiar algo mientras espera los trámites para radicarse en otro país", sostuvo Barbato. La carrera que mayor público atrae es peluquería. "La salida es inmediata porque los interesados van cortar en el vecindario o recurren a la economía familiar", dijo la profesora. En tanto, el director del Instituto Técnico Avanzado (Entre Ríos 2127), Natalio Velimirovich, señaló que la característica de sus carreras es que "son rápidas y adaptadas a las necesidades de los alumnos. Además, se otorgan certificados autorizados por el Ministerio de Educación de la provincia". Allí, la mensualidad tiene valores que arrancan desde los 40 pesos y sólo se necesita contar con la primaria aprobada para poder ingresar. "Hay alumnos cuyas edades oscilan entre los 13 y 70 años", sostuvo. La mañana es el horario típico para los más chicos y por la tarde "concurre gente grande", manifestó. En este segmento, se evidenciaron cambios de hábito. "Antes los alumnos venían como un pasatiempo, ahora lo hacen como una inversión", dijo el empresario en relación a que se trata de cursos prácticos sin materias de estudio. En efecto, esto posibilita aprender directamente como un modo de capacitación rápida. "Lo que pasa es que enseñamos trabajos que reditúan", argumentó en torno a la demanda de alumnos. Y dijo que muchos asisten a partir de referencias: "Conocen a alguien que anda bien en algo que aprendió y tratan de imitarlo". Sin embargo, la salida laboral depende del mercado y de la cantidad de negocios (del rubro elegido) que haya en el barrio de los interesados. En cuanto al interés por aprender los oficios, "un 20 por ciento lo hace para irse del país, circunstancia que no solía darse". Es más, a los interesados los mueven los consejos de amigos o conocidos. "Sé de mucha gente que viajó a Italia a buscar empleo, pero no lo consiguió por carecer de conocimientos específicos, por eso prefiero capacitarme antes en las actividades que puedan tener demanda de extranjeros en Europa", contó Raquel, estudiante de Derecho y de electricidad, casi con un pié en el Viejo Mundo.
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