La realidad se impondrá sobre lo político. El economista Juan Secco, un hombre que salió de las filas del estudio de Miguel Angel Broda, evalúa como inevitable la entrega compulsiva de bonos a los ahorristas atrapados en el corralito del sistema financiero. De paso por Rosario, dijo a La Capital que el dólar rondará entre los 6 y 7 pesos en el corto plazo, y no ocultó que en un plano "más realista" no tiene sentido preguntarse por el tipo de cambio: "A 10 ó 20 porque da lo mismo, porque es el caos". Sin perder su tono tranquilo y antes de brindar una charla en la Fundación Libertad, Secco estimó que sin programa económico la libre flotación de la moneda es "un ticket seguro a la hiperinflación". -¿Qué opinión tiene del programa monetario presentado esta semana por el Banco Central? -La autoridad monetaria continúa sin asumir la caída de dinero. El Banco Central pretende seguir adelante con su política de intervención en el mercado de cambio cuando eso es imposible. Si uno hace una proyección sobre la evolución de la demanda de dinero, surge que de continuar la autoridad monetaria por este camino se producirá un agotamiento de las reservas. -¿La visión del Banco Central es poco realista? -Es que de cara a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), éste exigirá que no se continúen liquidando reservas y lo hará en forma muy contundente. El organismo dirá: "La Argentina no podrá seguir dándose el lujo de vender reservas ya que antes deberá pagarme a mí y a otros organismos de crédito". El Fondo tendrá extremo cuidado a la hora de autorizar un programa en el cual se comprometan las reservas. La clave de la confianza hoy es la falta de un programa económico que el gobierno no tiene; no es sólo de un programa monetario. -¿Sin programa sirve el acuerdo con el FMI? -No. Se necesita un programa económico para salir de la crisis. Si no se logra restituir la confianza, a partir de un programa que se ha dado en llamar "sustentable", un acuerdo con el FMI no servirá más que para alargarle la vida a este "no plan" y a este gobierno de transición, que luego de seis meses reconoce que no tiene programa. -¿Está de acuerdo con los bancos extranjeros y el FMI respecto de la entrega compulsiva de bonos? -Lamentablemente es algo que se viene demorando. A los ahorristas se los vino engañando con falsas promesas. No hay forma de que puedan recuperar sus depósitos en los términos y condiciones de origen. La entrega opcional de títulos es nada más que un intento del gobierno de minimizar costos políticos, pero no tiene nada que ver con la realidad del negocio bancario. No hay otra alternativa que el canje forzoso de los depósitos. Y lo que no se impone por la política se impone tarde o temprano por la realidad económica. Vamos camino a eso. -¿Cómo quedará dibujado el sistema financiero después de todo esto? -Tal vez sea el aspecto más delicado en el diseño del programa económico. Antes que nada, los depósitos reprogramados hay que extenderlos en el tiempo. Y si hay que consolidar la deuda del sector público con los bancos y la deuda de éstos con los ahorristas, habrá que hacerlo. -El gobierno dijo que el dólar estará a 3,70 pesos a fin de año, otros economistas hablan de 8 ó 9 y los más pesimistas peor aún. ¿Cuál es su previsión? -Siendo optimista se podría pensar que el tipo de cambio puede estar en 6 ó 7 pesos apenas el gobierno reconozca que todo esto no funcionó y diga que está dispuesto a establecer un programa económico. Igualmente este escenario tiene poca probabilidad de cumplirse, ya que requiere una suma de circunstancias en un contexto en que los tiempos sociales y políticos parecen acelerarse. En un plano más realista, no tiene sentido preguntarse por el tipo de cambio, 10 ó 20 pesos por dólar da lo mismo, porque es el caos. -¿Cuál es su opinión sobre la dolarización? -Cuando aún no se definió un programa económico, no hay régimen cambiario que aguante, ni el mejor de todos. Si se piensa que en Argentina lo mejor es flotar, bueno, en este contexto es un ticket seguro a la hiperinflación. Si se fija el tipo de cambio y no existe equilibrio fiscal, todo el mundo sabrá que habrá emisión de dinero, que se transformará en venta de reservas, ¿y cuando éstas se agoten qué? Con una dolarización, no se pueden emitir pesos, pero si se continúan imprimiendo otros papelitos de colores, se desvirtuaría la instauración del dólar como moneda. Entonces, cómo hacer un nuevo régimen cambiario creíble bajo estas circunstancias. La respuesta es: no hay forma. Sin definiciones básicas sobre hacia dónde va la economía argentina, no se podrá ni siquiera pensar en un régimen cambiario. No se puede empezar por el final.
| Según Secco, el dólar está por dispararse de nuevo. (Foto: José Granata) | | Ampliar Foto | | |
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