| | A sangre fría. El largo camino desde Villa Domínico a puente Pueyrredón La historia secreta de una marcha tocada por la tragedia
| La trágica movilización del miércoles pasado contra el plan económico, que como resultado final arrojó los asesinatos de dos piqueteros, había sido decidida en un numeroso congreso del Bloque Piquetero Nacional que deliberó, hace una semana, en el estadio José María Gatica, de Villa Domínico. El radicalizado Bloque Piquetero Nacional tiene una composición diametralmente opuesta a las organizaciones que responden a Luis D'Elía y a Juan Carlos Alderete, y que acaparan especialmente los partidos Obrero y Comunista, la Coordinadora Aníbal Verón y los jubilados que siguen a Raúl Castells. Los voceros encargados de anunciar el II Congreso de Villa Domínico en los medios fueron los dirigentes Néstor Pitrola (PO) y Alberto Ibarra (MTL-PC), quienes coincidieron en destacar "el espacio clasista, obrero y de desocupados" que caracteriza al sector. Más de mil delegados del Bloque Nacional concurrieron al estadio Gatica con sus carteles identificatorios y pancartas, en un tipo de encuentro deliberativo que tiene como característica las discusiones sobre consignas y discursos realmente interminables. Finalmente, tras las exposiciones y discursos, el II Congreso Piquetero Nacional decidió movilizaciones en la Capital Federal y el interior del país para el miércoles. Los líderes de los desocupados anunciaban para ese día la aplicación de un plan de lucha que incluía cortes de rutas y de los accesos a la Capital Federal, uno de los cuales era el del Puente Pueyrredón, que finalmente quedó a cargo de la Coordinadora Aníbal Verón. La protesta piquetera reclamaba (y sigue reclamando) por el aumento de los cupos de los planes para jefas y jefes de hogar desocupados, la entrega de bolsones de alimentos y medicamentos a las familias pobres, una tarifa social de servicios públicos, y expresaba un contundente rechazo a la política económica y las recomendaciones del FMI a la Argentina. Asimismo, el Bloque Piquetero resolvió que el plan de lucha se enmarcaba en la realización de una movilización hacia la Plaza de Mayo (prevista para el 9 de julio) bajo la consigna "Por otro Argentinazo", fecha en la cual se acamparía frente a la Rosada, "por tiempo indeterminado y hasta que se vaya el FMI". Los más de mil dirigentes desocupados, sindicatos combativos, de empresas en lucha, asambleas barriales y agrupaciones defensoras de los derechos humanos, convocaron en esa oportunidad "a todas las agrupaciones piqueteras a unirse y romper las negociaciones con el gobierno, para formar un solo frente y debatir una salida de los trabajadores y el pueblo, en pro de otro 19 y 20 de diciembre", jornadas tras las cuales cayó Fernando de la Rúa.
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