Lo que pudo haber sido una de las obras más importantes de las décadas del 40 y 50, es hoy una poco conocida atracción turística atrapada en los cerros de La Merced en Catamarca y Rumi Punco en la provincia de Tucumán.
En efecto, una serie de túneles destinados al paso del ferrocarril con el objeto de unir las provincias del noroeste argentino con Chile y el resto del país, son el mudo testigo de un megaproyecto que pereció "por los mezquinos intereses del puerto de Buenos Aires", de acuerdo a una crónica de un historiador local.
Los túneles de La Merced o del Totoral, en el departamento Paclín al límite entre Catamarca con la porción sur de Tucumán, forman parte de una misteriosa historia que se desarrolló entre 1944 y 1952 tras los primeros pasos dados por el gobernador Ramón Ahumada en la década del •20.
El proyecto pretendía unir a través de una serie de catorce túneles las mencionadas provincias y por ende vincularlas con Salta, Jujuy y Santiago del Estero y al sur con La Rioja, Córdoba, San Juan y Mendoza. Fueron los primeros pasos del corredor bioceánico tan ansiado en la actualidad.
Hormigón en la selva
Hoy en día subsisten seis túneles en La Merced y otros tres del lado tucumano. Sorprende el perfecto estado de estas obras realizadas en hormigón armado, cuyo costo estimado es de 30 mil dólares el metro cuadrado. Las obras fueron realizadas en este material debido a que atraviesan muchos kilómetros por debajo de cerros ubicados en una extensa zona selvática que registra abundantes precipitaciones anuales.
La longitud de los túneles varía entre los cuarenta y los dos mil metros y si bien su construcción comenzó en forma simultánea en tres puntos diferentes, el más importante con sus 2.080 metros es el que está ubicado en La Merced y atraviesa la sierra de Guayamba, estribación lateral de las sierras de Ancasti.
Sólo este túnel insumió un millón de kilogramos de hierro, cuarenta y cuatro mil metros cuadrados de hormigón armado hecho totalmente a pala y costó la vida de cincuenta obreros.
El tren sólo llegó a la boca del primer túnel y nunca se concretó el sueño de unir todo el norte argentino a través de rieles. Sin embargo el tramo entre el primero y segundo túnel, donde la selva cubrió las ruinas de un viejo campamento entre la Quebrada del Puente Blanqueado hasta la antigua Cuesta del Totoral fue refugio de la guerrilla venida de Tucumán.
Una aventura por los túneles
Si usted quiere vivir una aventura en estrecho contacto con la naturaleza, puede visitar estos túneles. Todo el circuito puede ser explorado en caminatas, cabalgatas o en bicicletas todo terreno. El viajero dispone de servicios turísticos en la hostería o en el camping que la Asociación Amigos de Los Túneles de La Merced posee en inmediaciones de la boca del primer túnel.
Galerías húmedas
Quienes se aventuren al interior de una de estas húmedas galerías oirán el goteo de las numerosas y abundantes vertientes de agua pura que fluyen del piso, las paredes o se precipitan desde el techo.
Además se encontrarán ante la presencia de la interesante vida animal que existe en el oscuro interior de las cavernas como colonias de murciélagos, ranitas de San Antonio, mariposas y cangrejos.
Los que prefieren recorrer las inmediaciones podrán toparse con corzuelas, pavas de monte, charatas, iguanas, chuñas de patas coloradas y una innumerable variedad de pájaros.
La Ciudad
