Más de seiscientas personas coparon el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino (avenida Pellegrini y bulevar Oroño) la noche del 20 de junio para asistir a la inauguración del Primer Salón Diario La Capital, una convocatoria lanzada a principios de año que proponía a los artistas de todo el país que reflexionaran libremente con los medios plásticos que quisieran sobre la enseña patria.
Con el marco de la crisis oficiando de referencia ineludible, las respuestas no se hicieron esperar: desde representaciones de las ya cotidianas cacerolas y del corralito hasta una construcción de madera de más de tres metros de altura que tiene como único objetivo apuntalar una bandera. Pero también hubo quienes eligieron plantear visiones más poéticas y cambiaron los consabidos cuestionamientos por las reflexiones y la propuestas.
Respecto de las técnicas, las elecciones fueron diversas: pinturas, grabados, performances, instalaciones, fotografías, net-art, objetos. Lejos de ser una exposición tradicional, después del acto protocolar presidido por el intendente Hermes Binner y mientras el público recorría la exposición, se produjeron una serie de acciones. Dos estaban programadas: una exhibición de boxeo sobre una bandera cubierta de pintura que se iba desocultando en el trajinar de la lucha (obra de Claudia del Río y Carlos Herrera) y el corte de una torta con los colores patrios (de Marta Calvetti) que originó una aglomeración aunque la consigna fuera "para compartir".
Pero la convocatoria incluyó performances no previstas, como la colocación de una bandera sobre la explanada, que había que rodear para ingresar al Castagnino, y el canto del Himno Nacional Argentino por un grupo de jóvenes durante la exposición.
Los ilustradores del diario participaron como invitados especiales. Héctor Beas sumó una instalación a sus conocidos dibujos, mientras que Luis Leonard (Maus) pintó la bandera de día y de noche, Gabriel Ippoliti eligió a Belgrano como símbolo, Freddy prefirió una imagen gauchesca y Chachi Verona una serie de objetos donde mezcla, como en sus dibujos, crítica y humor.
Los premios
El premio La Capital no sorprendió a los entendidos, se trata de la mejor obra del salón que fue realizada por Mauro Musante. La instalación es nada menos que una falsa puerta blanca apenas entreabierta por donde se filtra una luz celeste. Una manera distinta de plantear una salida, en medio del caos que vive el país.
También el jurado de premiación -que estuvo integrado por el director del Museo Nacional, Jorge Glusberg; la presidenta de la Academia Nacional de Bellas Artes, Rosa María Ravera, y la destacada artista rosarina Graciela Sacco- decidió otorgar dos menciones. Una fue para Diana Dowek, por una pintura sobre tela cocida, relacionada con sus conocidas dislocaciones de las instituciones; en tanto que la otra es una fotografía de un corral con los colores argentinos de Alejandra Mettler.
La muestra organizada por la Fundación La Capital fue auspiciada por el Nuevo Banco de Santa Fe y Bodegas Chandon. Se puede visitar de martes a viernes, de 14 a 20, y sábados y domingos, de 12 a 19.30.