Carolina Taffoni / La Capital
El rock tendrá su gran clásico del año en las próximas semanas. Las bateas prometen recalentarse con dos lanzamientos, un partido en donde juegan los grupos más exitosos de Gran Bretaña y de Estados Unidos en los últimos años. Por un lado está Oasis, que volverá al ruedo el martes, cuando se edite su quinto álbum de estudio, "Heathen Chemistry". Enfrente esperan los Red Hot Chili Peppers, que después del éxito de "Californication" (12 millones de copias vendidas), regresan con "By The Way", que llegará a las disquerías el lunes 8. El brit pop pudo haber muerto en los ya lejanos años noventa, pero Oasis todavía está vivito y coleando. El grupo de los hermanos Noel y Liam Gallagher, que sobrevivió a las peleas internas, las críticas de la prensa, el consumo de drogas y los escándalos en las giras, viene a dar pelea con "Heathen Chemistry". Una vez más, mientras sus otrora compañeros de fórmula miran para otro lado, los Gallagher están dispuestos a hacerse cargo de las banderas del imperio británico. En principio, la diferencia entre el nuevo álbum y los demás discos de Oasis es que ahora no es Noel Gallagher el que lleva toda la carga compositiva. En "Heathen Chemistry" hay tres canciones compuestas por Liam ("Songbird", "Better Man" y "Born on a Different Cloud"), una del guitarrista Gem Archer ("Hung in a Bad Place") y otra del bajista Andy Bell (el instrumental "A Quick Peep"). Algunos sufrirán una desilusión, ya que los lados B del single "The Hindu Times", las baladas "Just Getting Older" y "Idler's Dream", no están incluidas en el disco. Oasis busca focalizar su difusión en los Estados Unidos con la balada "Stop Crying Your Heart Out", que en ese país fue el primer single del nuevo álbum. La relación de los hermanos Gallagher con los Estados Unidos siempre fue conflictiva. Noel hasta llegó a afirmar que "los americanos tienen mal gusto, y un ejemplo de eso son los Backstreet Boys". Pero el grupo sabe que, a esta altura, un éxito sólo en Gran Bretaña no le sirve. La primera parte de la gira de Oasis por Estados Unidos comenzará el 2 de agosto en Pompano Beach, Florida, y la segunda parte del tour empezará en noviembre. Ahora los hermanos Gallagher y compañía se preparan para tocar en Londres el próximo fin de semana. Los Red Hot Chili Peppers, por su parte, cargan con el peso del inesperado éxito de "Californication" (1999), el disco que marcó el regreso del guitarrista John Frusciante y generó una batería de hits. Para "By The Way", el grupo californiano que integran además el cantante Anthony Kiedis, el excéntrico bajista Flea y el baterista Chad Smith volvió a ponerse en manos del productor Rick Rubin (The Beastie Boys, Tom Petty, Johnny Cash), que ya trabajó con la banda en "Blood Sugar Sex Magik", "One Hot Minute" y "Californication". La extraña tapa de "By The Way" fue diseñada por el artista neoyorquino Julian Schnabel, y muestra una imagen estilizada de su hija Stella. Schnabel es conocido como el director de la película "Basquiat", protagonizada por David Bowie y Dennis Hopper. El disco se anticipa como un trabajo ecléctico, en el cual el grupo está cada vez más alejado de esa fusión de rap y metal que provocó miles de imitadores. Los Red Hot ya adelantaron parte del álbum en vivo, con recitales en Francia, Alemania, Irlanda y Dinamarca.
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