El informe sobre la violencia policial en la provincia de Santa Fe dado a conocer el pasado jueves por un equipo de investigadores de la Universidad Nacional del Litoral permite realizar un acotado mapa de la actuación de las fuerzas de seguridad de este territorio en el trienio 1998-2000. Además de los datos publicados por La Capital en su edición del viernes, entre los cuales se destacaba un incremento del 84% en la cantidad de muertes provocadas por la violencia policial entre 1999 y 2000, es dable mencionar un sinnúmero de índices que surgen del mismo informe y que se detallan en el cuadro que acompaña a esta nota.
El estudio fue realizado por los investigadores Gustavo González, Augusto Montero, Ramiro Tavella y Máximo Sozzo a partir de un relevamiento de noticias publicadas por seis diarios de la provincia, entre los cuales se encuentra La Capital, además de Rosario/12; El Litoral y La Provincia (Santa Fe); y La Opinión y Castellanos (Rafaela), por lo cual los mismos autores sostienen que es un informe con limitaciones. Al respecto manifiestan que debieron apelar a esa fuente informativa ya que "los actores encargados del diseño e implementación de las políticas públicas de seguridad urbana no publican sistemática y periódicamente información empírica de carácter oficial".
En cuanto a los diferentes conceptos que los investigadores utilizan vale aclarar que consideran "víctimas civiles de la violencia policial" a aquellas personas "que sufren directamente el ejercicio de la fuerza policial ya sea que constituyan o no las destinatarias intencionales de la misma". Y definen a la violencia como "el uso de la fuerza física -y en particular el uso de armas de fuego- por parte de los agentes" de la institución.
Definiciones
En el cuadro adjunto se destaca en primer término lo que los investigadores de la UNL entienden por percepción de legalidad o ilegalidad que las crónicas periodísticas registran en los distintos hechos de violencia policial. Al respecto, los autores califican como hechos de "violencia en la que se registran percepciones de ilegalidad" todos aquellos en los cuales al menos uno de los actores del drama -policías, periodistas, víctimas, familiares, etcétera- reivindica la "ilegalidad" del uso de la fuerza policial, mientras que -a la inversa- son calificados como hechos de "violencia sin percepciones de ilegalidad", aquellos en los cuales la crónica periodística no da cuenta de ninguna reivindicación en este sentido, lo que no quiere decir, obviamente, que no existan, y aún cuando tampoco existan definiciones de lo sucedido como "legal" -lo que sucede en muchas noticias periodísticas en las que se evitan dar juicios valorativos acerca de la relación con el derecho del uso de la fuerza policial-.
Otro de los tópicos trabajados es el de la situación en la que se producen las víctimas del accionar policial. Y en este orden diferencian situaciones de "no enfrentamiento", "enfrentamiento" y "de versiones encontradas". En este sentido, el "no enfrentamiento es cuando el agente policial utiliza la fuerza física o de armas frente a una o más personas que no están llevando adelante ninguna agresión o resistencia, es decir que no utiliza la fuerza física o arma". En tanto, entienden por situaciones de "versiones encontradas" aquellas en las cuales las crónicas periodísticas revelan las voces contradictorias que se refieren al hecho de violencia. Y aclaran que estos dos tipos de situaciones, por lo general, son los que brindan mayores posibilidades para que existan reivindicaciones de la ilegalidad de la violencia policial por parte de algunos de los actores del conflicto.
Otro de los ítems trabajados por los investigadores es el ámbito en el cual se produce el fenómeno violento. Así diferencian el ámbito policial (jefaturas, comisarías, subcomisarías, alcaidías y destacamentos), el público y el penitenciario (cárceles) cuando en estos hayan participado efectivos de la policía santafesina, como en las ocasiones en que colaboran en la represión de motines o incidentes en el traslado de detenidos.
¿Sospechosos?
En cuanto a las características de la víctimas de la violencia policial, el estudio de la UNL destaca el status de esas víctimas diferenciando a quienes en las crónicas son considerados "sospechosos", "no sospechosos" o "terceras personas".
En ese orden definen a la víctima "sospechosa" como aquella que ha cometido un delito en el pasado, está cometiendo uno en el presente o es descubierta cuando está por cometer uno en el futuro inmediato y así constituye el "blanco" inmediato de la acción policial, que por lo general reenvía a la situación de "enfrentamiento".
En tanto, el carácter de "no sospechoso" se asocia a situaciones de "no enfrentamiento" y a la existencia de la percepción de ilegalidad de la violencia policial. Mientras que los "terceros" son personas que en el contexto de una situación de "enfrentamiento" o en general de cualquier otra acción policial no son los "blancos" de la misma y son incidentalmente objeto del ejercicio del uso de la fuerza policial a diferencia de los "no sospechosos" que constituyen "blanco" intencional de la acción de los uniformados.
Finalmente, en el cuadro adjunto se manifiesta el status de los actores de la violencia entre agentes en servicio (uniformados y armados), de franco (sin uniformes pero con armas) y retirados o jubilados de la fuerza (que tienen permiso para el uso de armas); como así también el resultado de la acción violenta entre muertos y heridos.