El Fondo Monetario Internacional (FMI) manifestó ayer señales explícitas de buena voluntad para avanzar en un acuerdo con la Argentina, pero se mantiene firme en el cumplimiento de las exigencias oportunamente planteadas al gobierno que aún están pendientes de solución. El organismo efectuó un primer paso para postergar por un año el pago de deuda por 900 millones de dólares que vence a mediados de julio, si bien el trámite debe ser refrendado por el consejo directivo del organismo. El Fondo dispuso enviar una misión técnica al país la próxima semana para avanzar con la reestructuración del sistema financiero y se acordó crear una comisión internacional de "expertos", a ser constituida por ex presidente de bancos centrales expertos en situaciones de crisis, para auditar el plan monetario argentino.
El director gerente del FMI, Horst Köhler, dijo ayer que las conversaciones con el ministro de Economía, Roberto Lavagna, fueron "productivas" y que las dos partes "están entrando en una relación de negociación activa". De todos modos, quedó en claro que antes de ingresar a una etapa de negociación propiamente dicha el gobierno deberá completar algunos deberes pendientes, como la firma del pacto fiscal con las provincias, y se analizaran los resultados del plan de bonos para evaluar su impacto monetario.
Las autoridades del FMI insistieron ayer en exigir la entrega compulsiva de bonos en canje por los depósitos reprogramados y que el Banco Central (BCRA) abandone la política de intervención sucia en el mercado cambiario. El Fondo considera que la Argentina necesitará emitir 12 mil millones de pesos, en lugar de los casi 8 mil millones previstos en el programa monetario presentado esta semana por el Banco Central. Esta diferencia es la discrepancia más profunda que sostiene el organismo con el equipo económico y podría desaparecer conteniendo los redescuentos a los bancos y dándole a los ahorristas un bono compulsivo.
Otro de los pedidos del organismo de crédito internacional es que el gobierno defina la reestructuración del sistema bancario y se refuerce la independencia del Banco Central.
Lavagna decidió extender su viaje durante el fin de semana por Estados Unidos para poner a punto los "progresos" señalados por el FMI y reunirse con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, con quien acordaría hoy la postergación del pago de 700 millones de dólares que vence también en julio. En caso de acordarlo, Lavagna volvería al país con una solución de mínima, porque el país quedaría a salvo de un default con los organismos de crédito aún en el caso de que prolonguen las negociaciones con el FMI.
Las señales "positivas" lanzadas ayer por Köhler, dos días después de decir que estaba "decepcionado" con la Argentina justo cuando Lavagna arriba a Washington, tuvo como trasfondo las fuertes presiones que recibieron las autoridades del organismo.
Algunos integrantes del Grupo de los Siete (G7) -reunidos en una cumbre en Canadá-; el Departamento de Estado de Estados Unidos; y de los grandes bancos extranjeros, fueron quienes presionaron a los directores del FMI para que bajen un nivel de beligerancia que amenaza con potenciar el riesgo de contagio en la región. En particular Brasil, donde los niveles de inversión de la comunidad financiera afectaría sus balances en los países centrales.
Sin embargo, el FMI después de la señalar ayer su "satisfacción" sobre la derogación de la ley de subversión económica y la reforma de la ley de quiebras, tiró la pelota del lado del gobierno argentino al decir que Lavagna les "aseguró que se pueden esperar sustanciales progresos la próxima semana" en las negociaciones entre el gobierno nacional y las provincias para firmar el acuerdo de ajuste fiscal.
Pese a que el FMI dijo que continuará negociando con la Argentina el comunicado no fijó la fecha del envío de una misión con facultades para sellar un acuerdo, ni tampoco hizo mención alguna de la postergación de vencimientos de julio que se está tramitando.
Lavagna reconoció que ambas partes "reflexionaron" sobre las posturas que se habían impuesto en las conversaciones anteriores y de allí se logró seguir avanzando en las negociaciones y a las conclusiones que expuso el comunicado del FMI.
El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, que también se reunió por cuerda separada con Lavagna, reiteró anoche el compromiso de la entidad de continuar trabajando con la Argentina para avanzar en la preparación de un programa de asistencia financiera y técnica.
Un consejo de notables
En declaraciones desde Washington tras las reuniones, Lavagna precisó que la semana próxima se ingresará en una tercera etapa de la negociación con el FMI, la cual consistirá en el arribo a Buenos Aires de una misión técnica para trabajar sobre los temas financieros.
El ministro reconoció que el Fondo mantiene sus dudas sobre el plan presentado por la Argentina, pero remarcó que ambas partes admitieron que no tienen el "100% de la razón" y por tal motivo aceptaron realizar una "interconsulta" con profesionales de alto nivel. "En lugar de cerrarnos unos y otros ambos reconocimos la complejidad de la situación", dijo el ministro.
Este grupo de notables no tiene aún un lugar definido de trabajo y al respecto indicó que tanto puede reunirse en Buenos Aires, en Washington o en Europa.
El primer paso del programa monetario presentado por la Argentina se desarrollará el viernes 5 de julio cuando se realice la licitación de Boden 2005, de la cual podrán participar los titulares de depósitos reprogramados en cuentas a la vista y con depósitos originales menores a los diez mil pesos.
El ministro de Economía reveló que ayer durante el almuerzo que compartió con Köhler recibió un documento que le envió el ministro de Interior, Jorge Matzkin, el cual expresaba la conformidad de Córdoba para firmar la próxima semana el pacto fiscal con la Nación. Dijo que con la inclusión de Córdoba más Buenos Aires y el resto de las provincias "chicas" que ya suscribieron, el acuerdo se contiene el 70% del déficit provincial consolidado.
El jefe del Palacio de Hacienda remarcó además el contenido del comunicado que difundió el FMI y subrayó que su titular "no se caracterizó por enviar mensajes cariñosos". Consultado sobre el ancla monetaria que se menciona en el comunicado, Lavagna dijo que el programa se basará en la "oferta monetaria" y que luego podría avanzarse hacia sistemas más elaborados. "Vamos a discutir las características de la oferta, que obviamente depende de la demanda monetaria. Eso es uno de los temas que se irá monitoreando", con el grupo de profesionales, dijo el ministro, al tiempo que recalcó que "no hay un antecedente en el mundo" que se asemeje al caso argentino.
El ministro de Economía insistió en que "estamos en la etapa más activa de la negociación" y planteó que el objetivo gubernamental es refinanciar los vencimientos que operan hasta fin de año. De ese modo, dio marcha atrás en su intención previa de reprogramar deuda por 18 mil millones de dólares, que hubieran permitido despejar el camino hasta el 2004.