Que el centro rosarino está invadido de perros vagabundos no es una novedad. Pero pocos saben que en apenas dos semanas, solamente en la peatonal Córdoba mordieron a siete personas. Y muchos menos están enterados de que la Municipalidad no los puede erradicar porque las protectoras los cuidan y alimentan. Así al menos lo denunció el subdirector del Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa), José Luis Priotto. "Nosotros los secuestramos por un tiempo, pero cuando los ponemos en adopción siempre viene alguien que se los lleva, en general pertenece a estas agrupaciones o es gente que se encariña con los perros, y los devuelve a la calle", acusó el funcionario. Las entidades defensoras admiten que les dan de comer; es más, aseguran que "cada perro tiene su dueño, en su mayoría comerciantes de la zona".
¿Existe algún rosarino que a esta altura se asombre de ver una jauría en las calles? Carlos Vallejos era uno de los que caminaba entre los perros como si nada hasta que lo atacó uno en Córdoba y Entre Ríos. "No había visto al animal hasta que me pegó el tarascón", contó.
"Hace 5 años que hago el mismo recorrido por la peatonal, desde Oroño hasta San Martín, cuatro veces por día. Nunca tuve ningún problema", recordó. "No fue una herida importante, pero igual tuve que hacer un tratamiento antirrábico. Y más allá de lo que valen los medicamentos, no puedo hacer ejercicios hasta el mes que viene y tengo que seguir un régimen de comidas, además de la aplicación diaria de siete vacunas", se indignó.
Según Priotto, "los perros vagabundos no atacan si no los molestás". Pero sus palabras se contradicen con el relato de Vallejos, quien aseguró que "apenas lo había visto cuando se me vino encima". El mismo responsable del Instituto Antirrábico Humano, Juan Carlos Terrazzino, confirmó que "los siete lesionados que llegaron en los últimos días dijeron que sólo estaban caminando cuando los atacaron los animales".
Las estadísticas revelan que "de 150 consultas mensuales en el instituto por mordeduras de perros, entre un 5 y un 10 por ciento son casos que involucran a animales callejeros".
En horas vuelven a la calle
Los operativos para secuestrar perros vagabundos se realizan dos o tres veces por semana. "Pero los llevamos al Imusa y en cuestión de horas los padrinos los adoptan y los devuelven al mismo lugar, a las calles de Rosario", relató. Las zonas más concurridas por estos animales son la peatonal Córdoba, el parque Urquiza y el Monumento a la Bandera. "Es complicado controlarlos, cada vez hay más", enfatizó el veterinario.
En cuanto a los casos consecutivos que se registraron en la peatonal la semana pasada, Priotto aseguró que "el problema fue por una perra que estaba en celo. Toda persona que se le acercaba a la hembra era atacada por un perro policía color negro".
Susana Salinas es socia de la Protectora de Animales Sarmiento y admite que las entidades defensoras alimentan a los perros de la calle. "¿Qué vamos a hacer? Si no les damos comida es peor, porque los perros famélicos son los que más atacan", se defendió. "En la peatonal, por ejemplo, la mayoría de los canes tiene una especie de dueño. Por supuesto que todos llevan un nombre y ya son conocidos en la zona. Los comerciantes y las personas del lugar son quienes los cuidan", agregó la mujer.
Esto es justamente lo que hace el dueño de la lotería de Córdoba al 900. "No molestan para nada. Es más, cuando podemos les damos agua y hasta algo de comida", manifestó el dueño del local. Salinas detalló que "hay una señora que se encarga de los animales de la plaza Sarmiento y otra que cuida a los perros en la zona de La Fluvial. Tratamos de repartirnos para que no se mueran". Esta protectora tiene un refugio donde duermen 180 perros: "Pero cada vez hay más, es como si se reprodujeran", sostuvo.
Priotto coincidió con Salinas: "La gente los tiene como un juguete cuando son cachorros y después, cuando se tiene que hacer cargo, los abandona. Y con la crisis, este fenómeno está acentuado: "Hay muchas personas que quieren tener al animal pero no pueden por una cuestión económica".
El veterinario advirtió que "no es obligación tener un perro; si uno sabe que no lo va a cuidar, que no lo tenga".