 |  | Final del largo paseo de dos chicas cordobesas Huyeron de Villa Carlos Paz hace 13 días. Estaban viviendo en un trailer en Pueblo Esther. Tienen 13 y 15 años
 | Durante trece días los familiares de Laura y Pamela padecieron sus ausencias con desesperación. Las dos chicas, que vivían en Villa Carlos Paz, abandonaron sus hogares por conflictos escolares y se lanzaron a una aventura interprovincial. Que terminó ayer, cuando a partir de la difusión por TV de sus fotos fueron reconocidas por una muchacha, que avisó a la policía. Estaban viviendo en un carro de un parque de diversiones de Pueblo Esther, en buen estado de salud, pero hambrientas y ateridas de frío. A Laura Elizabeth López, de 15 años, y Pamela Anahí Godoy, de 13 años, no las volvieron a ver desde el mediodía del 13 de junio, cuando después de asistir al colegio secundario Caram de Carro se les perdió el rastro. Al día siguiente, las madres de ambas radicaron la denuncia en esa ciudad serrana. Fue crucial un llamado telefónico que permitió orientar la búsqueda, cuando las adolescentes se comunicaron con un amigo. Hubo más llamadas y el uso del sistema Excalibur detectó que se hacían desde Rosario. La policía cordobesa contactó a efectivos de Seguridad Personal de la Jefatura local y entregó los números. Se supo entonces que las chicas habían llamado desde telecentros de la terminal de ómnibus. El juez de Menores Jorge Cartelle recibió un exhorto de Córdoba y autorizó la difusión de las fotografías de las adolescentes. El martes una chica les dijo a los policías de Seguridad Personal que había visto a dos adolescentes "parecidas" a las de las fotos de TV en un parque de diversiones ambulante de Arroyo Seco. Sólo que el parque se había trasladado a Pueblo Esther. Ayer la búsqueda terminó: las dos chicas estaban en ese sitio en buen estado de salud, aunque "muertas de frío y de hambre", indicó una fuente policial. "Trabajaban por monedas y dormían en un trailer, explicó el comisario José Luis Juárez, subjefe de Seguridad Personal. Las chicas dijeron que habían decidido marcharse de sus casas por problemas escolares que en un primer momento habían ocultado a sus familias y después llegaron a oídos de sus padres. Laura ocultó a su madre que había repetido el curso mientras que Pamela no le había contado a la suya que la habían sancionado en la escuela con diez amonestaciones. Eso, contaron, las impulsó a dar un paseo. Que para sus familiares fue un suplicio de dos semanas.
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