Año CXXXV
 Nº 49.522
Rosario,
jueves  27 de
junio de 2002
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El plan de Bush bajo la lupa del G-8
Medio Oriente y la agitación de los mercados mundiales, ejes centrales de la cumbre de las superpotencias

Jeffrey Jones

Calgary, Canadá. - Los líderes de las naciones más poderosas del mundo, reunidos en un retiro en las montañas canadienses, iniciaron ayer una cumbre de dos días con palabras de aliento del presidente estadounidense, George W. Bush, a los nerviosos mercados mundiales. Aunque se esperaba que un polémico plan de Bush para el Medio Oriente dominara la cumbre del Grupo de los Ocho, el mandatario comenzó el día expresando preocupación por un gigantesco fraude de contabilidad en el segundo grupo de telecomunicaciones de larga distancia de EEUU, WorldCom.
En ese sentido, Bush dijo que a pesar de lo que calificó de "indignantes" irregularidades en WorldCom, la economía estadounidense todavía es fuerte. "Estoy profundamente preocupado por las prácticas contables que están teniendo lugar en América", señaló el presidente norteamericano antes de la apertura oficial de la cumbre, prometiendo que los ejecutivos de la compañía deberán rendir cuentas. WorldCom reveló que había registrado sus gastos impropiamente para reflejar mayores ganancias, en un escándalo contable de 3.800 millones de dólares. La compañía explicó que replanteará sus resultados para los últimos cinco trimestres, lo que eliminará todas sus ganancias desde comienzos del 2001.
En el apartado centro turístico montañoso de Kananaskis, los líderes del G8, Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia, comenzaron la reunión después de una bienvenida oficial del anfitrión, el primer ministro canadiense, Jean Chretien. La sesión de ayer, sostenida antes de la llegada del presidente de Rusia, Vladimir Putin, se concentró en asuntos económicos, en medio de un cauteloso optimismo sobre el panorama, a pesar del nerviosismo en los mercados globales y señales económicas ambiguas en todo el mundo.
El veterano Chretien se ha propuesto mantener la ayuda a Africa en el tope de la agenda, pero se esperaba que el plan de paz de Bush para Medio Oriente fuera el centro de atención. Buena parte de la opinión pública árabe se opone al plan, que estipula la salida del líder palestino Yasser Arafat.
El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, un invitado a la última parte de la cumbre, también ha expresado escepticismo sobre el plan de Bush, señalando que elecciones palestinas anticipadas podrían llevar radicales al poder. Sin embargo, Bush se mantuvo firme, tras sostener conversaciones con el premier británico, Tony Blair, al decir: "Hablé en serio, tiene que haber cambios".
Chretien, como presidente de la reunión, ha impulsado la agenda oficial hacia el tema de ayuda para Africa. Funcionarios canadienses dijeron que el presidente francés, Jacques Chirac, respalda una iniciativa de Chretien para que el menos la mitad de la nueva ayuda aprobada se dirija a Africa. En tanto, Bush probablemente estará también bajo presión por su política comercial. (Reuters)


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